miércoles, 31 de agosto de 2011

POESÍA: TRAVESÍA HACIA PINAREJO a 30/08/2011

Vienen los chopos enjutos
y olmos enfermos de soledad
 a surgir sin mandato divino alguno
junto a una pequeña corriente de agua
y se alinean unos juntos a otros
formando una fila discontinua
cuando pasamos junto a extensos campos
de trigo recién segados y otros de girasoles enjutos
y vamos a caer sin tropiezo alguno
después de pasar por una quesería
en una antigua travesía
de la carretera de La Alberca al Castillo de Garcimuñoz
por la que llegamos siguiendo su trazo
cerca de unas paredes encaladas
y de una moderna bodega de vino.

Divisamos en una de las rectas al fondo
Santa María del Campo Rus con su frondosa alameda
y escuálido río,
cerros blancos y molinos de aspas  fijas
y después de refrescar la garganta
en el restaurante La Posada Real
nos adentramos tras dejar su núcleo urbano,
por el camino de Villar de la Encina
a la búsqueda de una meta precisa llamada Pinarejo,
en esta Mancha inmortal  y querida
que de tanto ser quijotesca
parece que el tiempo se ha detenido en aquellos días
de tan jocosas correrías del caballero D.Quijote
y de Sancho su escudero y amigo.

Por el paraje del Guarín
bajamos hacia Pinarejo nuestro destino
y ya cerca del vallejo del Tío Carlos
el terreno se llena de olivos
algunos almendros e higueras, zarzas
y bajo monte de raquíticos arbustos.

Seguimos nuestro camino
y llegamos a la Teja donde asoma
a la vista cada vez más Pinarejo
y tras dejar Las Alegas
pasamos por el Charcón,
ni de arriba ni de bajo por el medio justo
y sin gota de agua alguna en su río,
como si fuera un espejismo
y aunque da poca luz
La Lampara y sus tierras por fin nos llevan
hasta la Hoyuela
y así de esta forma caemos
por la Cuesta de Santa Ana en la Veguilla
y por  la calle de su nombre entramos
en La vieja y acogedora Plaza de Pinarejo
para ir al coqueto Ayuntamiento
donde fuimos bien atendidos.

José Vte Navarro Rubio


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