SCIAMMARELLA
http://alenacollar.wordpress.com/
Periodistas.
Ayer
noche en la SER, en el programa de debate, escuchaba a los contertulios
hablar acerca de una encuesta que se ha publicado en España que dice
que las profesiones peor valoradas en nuestro triste país son las de
juez y las de periodista. Los contertulios se preguntaban- bastante
retóricamente- el por qué.
Daban unas razones tan peregrinas que una, o sea, yo, entendía cada vez más el porqué de al menos la segunda de las actitudes.
Hablaban
del periodismo basura, reduciendo a eso el motivo de que la gente
piense lo que piensa y muy ortodoxamente hablaban de que los jueces
defienden a los ciudadanos.
Ya
quisiéramos los españoles que las razones fueran tan estúpidas.
Entonces bastaría con no atender a los medios basura y pensar
bonachonamente en los pobre jueces.
Pues va a ser que no.
Si
el periodismo está tan mal valorado es porque le hace el juego al poder
económico de la empresa que representa y en muchos casos eso lleva
aparejado hacerle el juego al poder político. Porque no cuenta
libremente sino que restringe, modula, limita y manipula su libertad en
el momento en que de sus informaciones se puede deducir pérdidas de
espacio de poder para empresas, empresarios y sectores económicos que
les mantienen a flote. De modo que El País no ha informado del Ere de su
propia empresa salvo en notas oficialísimas, mientras está echando a
gente a la calle, por ejemplo. De modo que asistimos a cambios de
ideología, de opinión y de personas según le conviene a la empresa,
importándoles un pepino quien debe importar: el ciudadano y su derecho a
que le cuenten lo que pasa.
No
se equivoquen: no es el periodismo basura lo que les relega a ustedes a
las catacumbas: es su venderse a la empresa que paga, importándoles un
pimiento ser veraces.
¿Cómo
puede uno creer a RNE, sabiendo que son el bastión ideológico de un
partido que ha mentido a sus votantes nada más entrar en Moncloa?.
¿Cómo
puede uno pensar que es veraz la información en la SER, sabiendo que
dependen de Prisa y sabiendo lo que Cebrián opina de sus empleados?…
Y así siguiendo.
Hoy
ser periodista no es contar lo que ocurre a la gente de modo veraz. Hoy
ser periodista es contar lo que la empresa quiere que la gente piense
que ocurre.
Por eso están ustedes donde están en las encuestas.
http://www.teinteresa.es/espana/jueces-profesionales-valorados-medicos-reconocidos_0_877713246.html
Jueces y periodistas son los profesionales peor valorados por los ciudadanos, según el último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) correspondiente a febrero. La judicatura sigue llevándose la nota más baja de los encuestados, un 59,01.
Esta puntuación para los profesionales de la magistratura se conoce en un momento delicado: por un lado, los jueces se muestran en contra de la reforma del Poder Judicial que diseña el ministro Alberto Ruiz Gallardón; por otro, se suceden críticas por la politización de la cúpula judicial.
No es la primera vez que los jueces obtienen la peor valoración. En el sondeo de mayo de 2012 los profesionales de la judicatura eran los que menos confianza inspiraban a los ciudadanos. En el lado contrario se sitúaban los bomberos. Casi seis de cada diez encuestados manifestaron por entonces que tenían poca o nula confianza en los jueces.
En la encuesta de febrero, la segunda profesión con peor valoración corresponde a los periodistas, considerados el cuarto poder. Los ciudadanos puntúan a los profesionales de la comunicación con un 59,09, de la de periodista.
Detrás de los periodistas se sitúan abogados (61,85), policías locales (62,54), escritores (62,79), fontaneros (63,82), camareros (64,08), barrenderos (64,09) y albañiles (64,10).
A la cabeza, y como profesión mejor valorada, se coloca la de médico, con una puntuación de 81,58. Los profesores figuran entre las actividades de mayor reconocimiento. La de profesor universitarios saca un 75,16. Le siguen profesor de primaria (74,70 de 100); maestro de educación infantil (74,64); profesor de formación profesional (73,92); profesor de secundaria (73,67) y arquitecto (66,80).
Llama la atención que, cuando se pregunta a los encuestados qué profesiones recomendarían a sus hijos o amigos, la abogacía asciende hasta a la segunda posición por detrás de la medicina. También mejora la profesión de juez, ya que un 11% la aconsejaría (quinta posición).
Los padres siguen desaconsejando las profesiones técnicas, como la fontanería o la albañilería. Sólo un 0,8% de los encuestados recomendaría la profesión de camarero; un 1% la de barrendero y un 2,1% la de escritor.
Comentario
Muchas cosas pueden separar al Poder Judicial de los medios de comunicación, pero una los une inseparabíemente: ambos son servicios públicos. Desde este enfoque, "Jueces y periodistas: qué los une y qué los separa" es un libro in: invalorable (aporta un incalculable intangible como es desentrañar las lógicas que rigen la administración de justicia y el manejo de la información), intachable (estando involucrados dos autores como Héctor Ruiz Nuñez -un ejemplo del periodismo de investigación en Argentina- y Pablo Lanusse -un fundamentalista de la institucionalidad-, coordinando a los profesionales de vasta trayectoria que integraron los equipos de trabajo bajo el prestigio de una organización corno Poder Ciudadano, era lógico imaginar que la consistencia del texto no admitiera tachas), incunable (si bien fue escrito en el siglo XXI aborda dilemas anteriores al siglo XVI como lo son la tensión entre lo privado y lo público, o entre el juicio y el prejuicio) e insolente (si bien las comparaciones siempre son odiosas, la audacia de este texto radica en su provocación para dilucidar las diferencias y similitudes que existen entre la carátula de una causa que tipifica un delito y orienta la pena, y el titular de un medio que tiene el poder de crear contexto para condenar o absolver a los delincuentes).
"Jueces y periodistas: qué los une y qué los separa", no sólo se ocupa de cinco casos judiciales de alto impacto social; en verdad, se preocupa por los millones de ciudadanos que descreen de la justicia y de los miles y miles de lectores y telespectadores de medios de comunicación que se intoxican consumiendo noticias.
Casos que involucran a personajes públicos que las brechas entre la realidad comprobada por la justicia, la difundida por los medios y la recreada por la creativa imaginación de las personas han convertido en mitos. Casos de la vida privada cuyo ámbito natural de resolución hubiera sido la intimidad del expediente judicial, pero que se dirimieron en las páginas de los diarios y en los estudios de televisión mucho antes de que la justicia dictara su veredicto. Casos de personas desesperadas que delinquen desde la oscuridad del espanto que los oprime y que ningún código penal contempla ni ningún medio puede llegar a iluminar. Casos de imprudencia e inconciencia que trunca y arruina vidas y que ninguna sentencia puede remediar ni ninguna nota periodística puede reparar. Casos de corrupción que interpelan la integridad del Poder Judicial al ponerla en conflicto con su propio auxiliar y al periodismo que lo enfrenta con quien muchas veces actúa como su fuente jerarquizada de información.
Lo importante del aporte de este libro es que ciudadanos inquietos, estudiantes curiosos, abogados lúcidos y periodistas independientes cuenten con material suficiente corno para concluir si estos casos muestran el ocaso de un sistema judicial frente a la inmediatez de la información, o desnudan la improvisada cobertura periodística frente al rigor de un expediente judicial. Pero no se trata de juzgar a la justicia ni de hacer periodismo del periodismo sino de encontrar los caminos para que uno de los tres poderes del sistema republicano -el Judicial- y el denominado cuarto poder -el periodismo-garanticen dos de los principios básicos de la democracia: la justa administración de justicia pública y un justo tratamiento deja información publicada.
Carlos March
http://www.teinteresa.es/espana/jueces-profesionales-valorados-medicos-reconocidos_0_877713246.html
Jueces y periodistas son los profesionales peor valorados por los ciudadanos, según el último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) correspondiente a febrero. La judicatura sigue llevándose la nota más baja de los encuestados, un 59,01.
Esta puntuación para los profesionales de la magistratura se conoce en un momento delicado: por un lado, los jueces se muestran en contra de la reforma del Poder Judicial que diseña el ministro Alberto Ruiz Gallardón; por otro, se suceden críticas por la politización de la cúpula judicial.
No es la primera vez que los jueces obtienen la peor valoración. En el sondeo de mayo de 2012 los profesionales de la judicatura eran los que menos confianza inspiraban a los ciudadanos. En el lado contrario se sitúaban los bomberos. Casi seis de cada diez encuestados manifestaron por entonces que tenían poca o nula confianza en los jueces.
En la encuesta de febrero, la segunda profesión con peor valoración corresponde a los periodistas, considerados el cuarto poder. Los ciudadanos puntúan a los profesionales de la comunicación con un 59,09, de la de periodista.
Detrás de los periodistas se sitúan abogados (61,85), policías locales (62,54), escritores (62,79), fontaneros (63,82), camareros (64,08), barrenderos (64,09) y albañiles (64,10).
A la cabeza, y como profesión mejor valorada, se coloca la de médico, con una puntuación de 81,58. Los profesores figuran entre las actividades de mayor reconocimiento. La de profesor universitarios saca un 75,16. Le siguen profesor de primaria (74,70 de 100); maestro de educación infantil (74,64); profesor de formación profesional (73,92); profesor de secundaria (73,67) y arquitecto (66,80).
Llama la atención que, cuando se pregunta a los encuestados qué profesiones recomendarían a sus hijos o amigos, la abogacía asciende hasta a la segunda posición por detrás de la medicina. También mejora la profesión de juez, ya que un 11% la aconsejaría (quinta posición).
Los padres siguen desaconsejando las profesiones técnicas, como la fontanería o la albañilería. Sólo un 0,8% de los encuestados recomendaría la profesión de camarero; un 1% la de barrendero y un 2,1% la de escritor.
CIS: los médicos y profesores, los mejor valorados; jueces y periodistas, los peores
Para el 79,9% de españoles, el principal problema es el paro, seguido de la corrupción y el fraude (el 40%)
El CIS ha publicado el barómetro del mes de febrero en el que el 32,8% de españoles califican la situación económica como mala y el 59,5% como muy mala. O sea: el 93% la ven como mala o muy mala.
Respecto a la situación política, el 56,7% la califica de muy mala y el 29% de mala. Y sólo el 9,7% de los españoles cree que el escenario político mejorará en el próximo año. Esta encuesta es la primera realizada tras el estallido del 'Caso Bárcenas'.
Para el 79,9% de españoles, el principal problema es el paro, seguido de la corrupción y el fraude (el 40%), los problemas económicos (35,4%) y los políticos y la política en general (29,7%).
El 41,2% de los ciudadanos cree que la economía estará aún peor que ahora dentro de un año. Sólo el 14,5% de los encuestados confía en que la situación mejore en los próximos doce meses.
La profesión más valorada es la de médico (81%), profesor universitario (75%), profesor de primaria (74,70%), maestro de infantil (74,64%), profesor de secundaria FP (73,92%) y de secundaria (73,67%). Periodistas y jueces, las menos valoradas con el 59,09% y 59,01%, respectivamente.
El 70,5% se declara católico; el 16,5% no creyente y el 7,6% ateo.
El 61,2% no asiste casi nunca a misa; el 16,5% varias veces al año; el 10,8% casi todos los domingos y festivos, el 8,4% alguna vez al mes y el 1,7% varias veces a la semana.
Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com
El CIS ha publicado el barómetro del mes de febrero en el que el 32,8% de españoles califican la situación económica como mala y el 59,5% como muy mala. O sea: el 93% la ven como mala o muy mala.
Respecto a la situación política, el 56,7% la califica de muy mala y el 29% de mala. Y sólo el 9,7% de los españoles cree que el escenario político mejorará en el próximo año. Esta encuesta es la primera realizada tras el estallido del 'Caso Bárcenas'.
Para el 79,9% de españoles, el principal problema es el paro, seguido de la corrupción y el fraude (el 40%), los problemas económicos (35,4%) y los políticos y la política en general (29,7%).
El 41,2% de los ciudadanos cree que la economía estará aún peor que ahora dentro de un año. Sólo el 14,5% de los encuestados confía en que la situación mejore en los próximos doce meses.
La profesión más valorada es la de médico (81%), profesor universitario (75%), profesor de primaria (74,70%), maestro de infantil (74,64%), profesor de secundaria FP (73,92%) y de secundaria (73,67%). Periodistas y jueces, las menos valoradas con el 59,09% y 59,01%, respectivamente.
El 70,5% se declara católico; el 16,5% no creyente y el 7,6% ateo.
El 61,2% no asiste casi nunca a misa; el 16,5% varias veces al año; el 10,8% casi todos los domingos y festivos, el 8,4% alguna vez al mes y el 1,7% varias veces a la semana.
Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com
ISBN 9789509445963
Autor RUIZ NUÑEZ HECTOR
LANUSSE PABLO
Editorial TEMAS GRUPO EDITORIAL
Peso 0,39 Kg.Edición 2011,en Rústica
268 páginas
Idioma Español
Autor RUIZ NUÑEZ HECTOR
LANUSSE PABLO
Editorial TEMAS GRUPO EDITORIAL
Peso 0,39 Kg.Edición 2011,en Rústica
268 páginas
Idioma Español
Muchas cosas pueden separar al Poder Judicial de los medios de comunicación, pero una los une inseparabíemente: ambos son servicios públicos. Desde este enfoque, "Jueces y periodistas: qué los une y qué los separa" es un libro in: invalorable (aporta un incalculable intangible como es desentrañar las lógicas que rigen la administración de justicia y el manejo de la información), intachable (estando involucrados dos autores como Héctor Ruiz Nuñez -un ejemplo del periodismo de investigación en Argentina- y Pablo Lanusse -un fundamentalista de la institucionalidad-, coordinando a los profesionales de vasta trayectoria que integraron los equipos de trabajo bajo el prestigio de una organización corno Poder Ciudadano, era lógico imaginar que la consistencia del texto no admitiera tachas), incunable (si bien fue escrito en el siglo XXI aborda dilemas anteriores al siglo XVI como lo son la tensión entre lo privado y lo público, o entre el juicio y el prejuicio) e insolente (si bien las comparaciones siempre son odiosas, la audacia de este texto radica en su provocación para dilucidar las diferencias y similitudes que existen entre la carátula de una causa que tipifica un delito y orienta la pena, y el titular de un medio que tiene el poder de crear contexto para condenar o absolver a los delincuentes).
"Jueces y periodistas: qué los une y qué los separa", no sólo se ocupa de cinco casos judiciales de alto impacto social; en verdad, se preocupa por los millones de ciudadanos que descreen de la justicia y de los miles y miles de lectores y telespectadores de medios de comunicación que se intoxican consumiendo noticias.
Casos que involucran a personajes públicos que las brechas entre la realidad comprobada por la justicia, la difundida por los medios y la recreada por la creativa imaginación de las personas han convertido en mitos. Casos de la vida privada cuyo ámbito natural de resolución hubiera sido la intimidad del expediente judicial, pero que se dirimieron en las páginas de los diarios y en los estudios de televisión mucho antes de que la justicia dictara su veredicto. Casos de personas desesperadas que delinquen desde la oscuridad del espanto que los oprime y que ningún código penal contempla ni ningún medio puede llegar a iluminar. Casos de imprudencia e inconciencia que trunca y arruina vidas y que ninguna sentencia puede remediar ni ninguna nota periodística puede reparar. Casos de corrupción que interpelan la integridad del Poder Judicial al ponerla en conflicto con su propio auxiliar y al periodismo que lo enfrenta con quien muchas veces actúa como su fuente jerarquizada de información.
Lo importante del aporte de este libro es que ciudadanos inquietos, estudiantes curiosos, abogados lúcidos y periodistas independientes cuenten con material suficiente corno para concluir si estos casos muestran el ocaso de un sistema judicial frente a la inmediatez de la información, o desnudan la improvisada cobertura periodística frente al rigor de un expediente judicial. Pero no se trata de juzgar a la justicia ni de hacer periodismo del periodismo sino de encontrar los caminos para que uno de los tres poderes del sistema republicano -el Judicial- y el denominado cuarto poder -el periodismo-garanticen dos de los principios básicos de la democracia: la justa administración de justicia pública y un justo tratamiento deja información publicada.
Carlos March
| Acerca de "Jueces y Periodistas" | |||
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Este libro es el producto del trabajo del "Seminario de Periodismo Jurídico" realizado en 1995, en el marco del Programa "Justicia en la Argentina" de la Fundación Poder Ciudadano. Estudiantes avanzados de derecho y comunicaciones coordinados por jueces, periodistas especializados y abogados emprendieron el análisis comparativo del tratamiento periodístico y el tratamiento jurídico de casos resonantes del pasado reciente. Sus conclusiones son esclarecedoras y revelan una modalidad de relación entre la justicia y los medios de comunicación que muchas veces conspira contra la plena vigencia de los derechos de todos los involucrados. |
La relación entre la justicia
institucionalizada y la prensa es muy antigua. El material judicial es una
mercadería apreciada por los medios de comunicación porque las
noticias sobre procesos son baratas de obtener y particularmente las
crónicas de los hechos criminales tienen una importante e
histórica demanda del público.
Pero recién en las últimas
décadas se ha podido observar en los países desarrollados, cada
vez de manera más notoria la intervención e influencia de la
prensa en las cuestiones judiciales. En la Argentina actual se percibe una
creciente interacción entre los medios de comunicación y losa
Justicia. Esta vinculación es anárquica y polémica, porque
no está normativizada y apenas se ha iniciado su análisis como una
cuestión trascendente de la época.
Hemos publicado en formato HTML un extracto de esta obra.
Si lo desea, puede leerlo on-line antes de decidirse a bajar el archivo del libro completo, ofrecido más arriba.
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