En una de aquellas esquinas del aire
muerta la risa
antes de salir el alba
y recibir la primera paliza
paseaba Buscarini
con la mirada puesta
en alguna de las tan llevadas
suyas manías
y como huérfano que era
apaleado por la vida
lucia entre las mangas
telarañas tejidas
con hilos de coser que el mismo escupía.
Toneladas de papel se elevan
y en ellas escritas
versos que nadie conoce
y que un día su protagonista
devolvió al lugar que les correspondían.
Autor: José Vte. Navarro Rubio
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