sábado, 6 de abril de 2013

POESÍA: EVOCANDO A ARMANDO BUSCARINI (VII)

 



Algún que otro homenaje
Buscarini en vida recibió
entre ellos el que se celebró
por aquellos días de 1924
en que el poeta publicó:
"Primavera sin sol"

En un bar de la calle de Fuencarral,
como era normal
en su bohemia forma de actuar,
el refrigerio fue vespertino
y en el acto se leyó
alguna que otra carta de adhesión
entre ellas las de Hernandez Catá, Tecglen y Vidal y Planas
que excusaron su no participación.

Para finalizar Buscarini recitó
sus poemas conocidos Calle de Alcalá, Arena
y otros
con los que se dio por finalizado
con mucha pasión
el acto homenaje
a todo un poeta y escritor
que entre otras cosas resaltó
por su bondad y pundonor.

Autor: José Vte. Navarro Rubio

POESÍA: BUSCARINI Y LA CORTE DE LOS MALDITOS: RIMBAUD, VERLAINE, BAUDELAIRE Y NERVAL


Fotografía de:  Verlaine y Rimbaud


Yo digo,
yo,
y tengan por seguro
que así ocurrió
que mi madre metió
una rata en mi cabeza
y está me enloqueció.

Anduve sin amor
primero de padre que o no lo tuve
o me faltó
y luego de madre
que muy puesta en lo suyo se eclipsó
y vino a morir
para esos días en que loco yo
sufrió un accidente
del cual no se recuperó.

Mira que lo intenté
y así la vida me trató
pues comencé con "Ensueños"
cuadernillo del cual
me sentí un ángel salvador
y terminé publicándome yo -solo yo-
mi propia producción.

¿Quizás me faltó
estatura y ángel?

¿Sepa Dios?

 
  Fotografá de Gerard de Nerval

















Yo,
solo yo,
tuve la culpa ¡que honor!
de formar parte de esa corte de poetas malditos,
apestados y con honor
como Verlaine, Rimbaud, Baudelaire, Nerval y Sawal,
y solo yo
me fabriqué ese traje
que en Madrid hizo furor
a pesar, muy a pesar
de lo que de mí se habló
cuando ya lejos
con los ojos humillados por el dolor
regaba con lágrimas
el árbol que aunque fruta echó
nunca se supo si realmente existió.

Autor: José Vte. Navarro Rubio

POESÍA: EVOCANDO A ARMANDO BUSCARINI (VI)


12 veces fueron,
se me pone el alma en vilo,
las que Buscarini
amenazó con lanzarse al vacío
desde aquel paso de las Termópilas,
o viaducto
y no lo hizo
porque formaba parte de un guión
del cual el tenía escrito
la mayor parte de la obra
y solo le faltaba
un final feliz y seguro.

Gritaba: ¡auxilio!
y recitaba: ¡me lanzo al vació!
nuestro amigo
al tiempo preciso
que con miedo en el cuerpo
-el justo-
se asomaba al abismo.

Siempre acudían en su ayuda
una pareja de guardias
que parecían recién salidos
de una novela de  aventuras
de Victor Hugo.

En aquel Viaducto,
al que Cansinos Assens le cantó más de un verso
trabado en sangre de un ser desconocido,
Buscarini se encontraba seguro
pues se marchaba de allí
con las ventas perfiladas para el futuro.

Dicen que en una noche
de silbidos lejanos,
serían víboras
las que clamaban venganza
por algún desatino
de nuestro poeta vagabundo,
taladró la sombra negra,
de la noche abismal
de un Madrid de chulas y chulos,
algún punto luminoso
y los guardias de la pasarela  -dormidos-
tardaron más de lo justo
sin darse cuenta de que Buscarini
pedía su rescate sin precio alguno.

Autor: José Vte. Navarro Rubio

POESÍA: EVOCANDO A ARMANDO BUSCARINI (V)



Pongan el ojo
y el tino
pues solo lo repetiré una vez
y con ello
me doy por atendido.

Les hablo de una calle
del Madrid de hace ya un siglo
por la que iban andando
como si fueran dos lazarillos
Armando Buscarini y Mario Arnald -su amigo-

Nevaba
y caían
de punta los chuzos
en aquella calle de Alberto Aguilera
en que un manto blanco
se alzaba para hacer de testigo
de aquel momento tan genuino
en que los dos escritores descalzos
y casi como vinieron al mundo
pedían para comer lo justo.

A todo esto en Madrid,
en el año después de Cristo de 1921,
comían otros escritores menos divinos
ya fuera Artemio Precioso o Alberto Insúa
por mencionar a algunos.

Autor: José Vte. Navarro Rubio

POESÍA: DE ESE BAUL DE BUSCARINI QUE CONTENÍA UN DIARIO (II)


 

¡Ay de mi ropa si yo contara!
 Llevo como si fuera parte de mi piel
y dandome cobijo
un gabán
que me ragaló una migo
al cual debo la dicha
de prevenir un poco el frío.

Eduardo Marquina un día me dijo
¡Toma es tuyo y que te sirva de abrigo!
y desde ese día
uno que en todo esto
las ha visto
de todos los colores
se quitaba el frío
con la prenda de tres cuartos
que lucia ya fuera lunes o domingo.

Voz limosnera la mía
nunca pidió nada que no fuera suyo
y hasta las chicas galantes del Regina
a las que dedicaba versos
como quien fabrica harina en un molino
me daban eso
que solo se puede dar a un mendigo.

Por eso estoy agradecido
a la vida por haber hecho de mi un poeta
y haberme a su forma querido,
ya me  acostara
con el sol lamiendo mis tobillos
o me levantara
con las tardes pidiendome que saltara a la arena del circo,
por eso yo digo
que de poetas, locos y furibundos
todos tenemos un poco
y cada uno se lleva de ese menú tan poco atractivo lo suyo.

Muere tú que estás vivo
y verás
lo que de ti dirá el mundo
y si por alguna de aquellas
pensabas que eras un heroe
aliate siempre con los que te aseguran el triunfo.

Como en una novela,
dicen algunos que de viejo estilo,
se anunció mi muerte
a bombo y platillo
y yo que estoy bien vivo digo
que volveré
si me es grato el destino
a esa esquina
que confronta con un Miinisterio
con Ministro incluído
y una Academia de San Fernando
con olor a harina seca de trigo.

Autor: José Vte. Navarro Rubio

POESÍA: DE ESE BAUL DE BUSCARINI QUE CONTENÍA UN DIARIO (I)


A veces mis silencios claman
por aquellos amores que no tuve
ni de joven ni de niño.

Mi vida desde entonces
no tiene más sentido
que alabar a Cupido
con tal de poder entrar
en ese reino prohibido
al cual me encomiendo
de la única forma que he aprendido,
alabando a la primavera,
haciendo del amor un atributo
y dedicando mi vida
a vivir como un peregrino
que siempre va caminando
y pidiendo cobijo.

Quizás tú
que te sientes por mi atraído
conozcas de mejor remedio
para acabar con este pronto tan primitivo
que me hace ser un gorrión del arroyo
allí donde Madrid perdió el caudal de su río.

Yo, Armando Buscarini,
que era era,
a decir de los entendidos,
el último bohemio,
vivo en un manicomio
bajo cobijo
teniendo como amigos
a un Valentín de Borbón,
a un Emilio Silvela y a un Primero de Colón
que dan de si lo suyo
contando batallas y descubriendo nuevos mundos.

Autor: José Vte. Navarro Rubio

POESÍAS Y OTRAS LINDECES: PARA UN MEJOR CONOCIMIENTO DE BUSCARINI



 

Añado a mi blog, con fecha 6 de abril de 2013, dos aspectos interesantes sobre la vida de Buscarini. Una poesía que le dedicó Juan Feria, estando en vida en el año 1930. Unos comentarios de Buscarini sobre su propia persona y un poema de Bacarisse que fue publicado en el año 1916. Como punto final acompaño una poesía de mi propia cosecha:


      Los  l í r i c os

A Armando Buscaríni

Hermano Armando. A solas con

[la noche y mi pena.

contemplo tu retrato inmensamen

[te triste,

y en tu gesto cansado, en tu son-

[risa buena,

leo lo desgraciado y lo amargo que

[fuiste.

¡Pobre Armando! Los hombres

[te trataron tan mal

y la burla y el hambre te mordió

[tanto, tanto.

que tu vida fue el éxodo desga-

[rrante y fatal

de las torvas locuras del dolor y

[el espanto.

Por eso, en esta noche desolada

[de estio

mirando tu retrato, siento en la

[frente frío

y  del alma a los labios me sube

una oración...

¡Yo sé que allá en el fondo de tu

[lóbrego lecho.

horrorizado, tienes las manos sobre

[el pecho

,temiendo que aún maltraten tu po-

\bre corazón

          Juan Feria

Valverde del Camino

 Comentarios del propio Buscarini sobre su persona y la locura:

«No estoy descentrado; mejor dicho, estoy descentrado. Ellos serán muy cuerdos; por eso, al ocultar su villanía, no pueden alegar ignorancia para su maldad. ¿Que quieren que sea un loco?
 

Perfectamente: yo me haré el loco; pero que se libren del loco que se hace el loco. En las puertas, en algunas, se llama con aldabón. Yo quiero enfatuarme y ver las cabezas de muchos como si fueran puertas, y pegar tan fuerte aldabonazo, que de la conmoción se les va a hundir el edificio de su prestancia. ¿Loco? Si ellos lo quieren; pero los locos han hecho la Historia, Claro que así se escribe la Historia. Unos, con pluma de ave; otros, también de ave... de
avestruz. Se mezclan las plumas de ganso y de pato, y a veces hasta las de buitres.»

 Poema publicado por Bacarisse en 1916. Lo que le falta en su mitad es literal y cosas de la censura del momento.

Fue en la Castellana,,
elegante jardin de modas y arrumacos
donde resuena extravagante
la sandez de los currutacos


Pobres obreros miserables,
mujeres, ex-hombres gorkianos
niños de faces espantables
todos asidos de las manos,
formando sartas de miseria,
henchidos de un rencor de Infierno,
¡Inanición, Ira y laceria
entre la bruma de un Invierno!
 
• No copio el sabroso centro de
la composición, sí el final:
 
Vi en aquel domingo holgazán
sin luces do oro y de arrebol,
a un pueblo huérfano de pan
en la ciudad viuda de sol.
 
Vi a un albacea de Jesús
destrozando la flor del bien,
y a Teresita Cabarrús
haciendo guiños a Tallién.


Poesía completa:
 
Un frío domingo antipático
vi un lijoso y doliente enjambre:
en un paseo aristocrático
una manifestación de hambre.

Fue en la Castellana elegante,
jardín de modas y arrumacos,
donde resuena extravagante
la sandez de los currutacos.

Pobres obreros miserables,
mujeres, ex-hombres gorkianos,
niños de faces espantables,
todos asidos de las manos,

formando sartas de miseria,
henchidos de un rencor de infierno.
¡Inanición, ira y laceria
entre la bruma de un invierno!

Cielo gris de un día holgazán,
ausencia de oro y de arrebol,
y gente huérfana de pan
en la ciudad viuda de sol.

La Castellana era aquel día
de famélicos peregrinos.
¡Escaparate de cursilería
de niñas bobas y sietemesinos!

El menestral de ojos de lumbre
fruncía el ceño en fuerte arruga,
y subía la muchedumbre
ondulante como una oruga.

Y la almibarada inconsciencia
mirábalos con repugnancia,
sin saber que era una advertencia
que hacía el Hambre a la Elegancia.

Puros perfiles de medallas,
damiselas de porte rico,
como mujeres de pantallas
o de países de abanico,

¿no os asustó en el sucio fango
la Multitud, plural vestiglo,
rosas de «tennis» y «te tango»
de la maceta de este siglo?

Orlas de nutrias y de encajes
tenía la mueca melancólica;
brillaba el raso de los trajes
como un esmalte de mayólica.

¡Rencor de plebe desgraciada,
que, tiritando con sus niños,
veía la carne aburguesada
bajo el calor de los armiños!

¡Burguesías, faunas asqueadas
de ver andrajos, tizne de hulla!
¡Rebaños que aman las bordadas
rosas de oro de una casulla!

Aristocracia contumaz,
¿te enseñará el social dolor
una guillotina voraz
una tarde de Termidor?

Vi en aquel domingo holgazán,
sin luces de oro y de arrebol,
a un pueblo huérfano de pan
en la ciudad viuda de sol.

Vi a un albacea de Jesús
destrozando la flor del Bien
y a Teresita Cabarrús
haciendo guiños a Tallien.




Poesía la que viene a continuación de de Jose Vte. Navarro Rubio:

Ni en la muerte en vida Buscari descansó
todo por culpa 
de Maximino garcia -un capellán-
que en el psiquiatrico de Alcala de Henares anunció
la muerte de Buscarini
y tal revuelo se armó
que la prensa de Madrid 
sobretodo se volcó
con quien fue el gorrión de El Pardo
y como último bohemio pobre vivió
más pendiente de llenar el mundo de poesías
que de protegerse del frío y del calor.

¿Quien pudiera desde la lejanía
ya tu cuerpo deshecho en cualquier rincón
levantar tu cabeza
para que vieras
como al final se te dio
reconocimiento y honor?

Los hubo por aquellos días
que despacharon al poeta con tristezas 
marcadas en el corazón
y también
como en el mundo hay de todo
y con mucha razón
los hubo débiles y cobardes
que se aprovecharon del error
para cargar las plumas de avestruz
sobre quien dentro de su valía 
dio su vida por la poesía 
que fue su pasión -como la de Jesucristo-

El poeta desde Valladolid
donde le llegó su muerte anunciada en vida
como es normal en él se revolvió 
y devolvió unos versos de los suyos
finos y acertados en su opinión  
a José Romero Cuesta
uno e los columnistas que su muerte anunció,
más Romero pensó
que era una burla de alguien
con un muy macabro humor.

Autor del artículo: José Vicente Navarro Rubio

         

        

viernes, 5 de abril de 2013

POESÍ: BUSCARINI EL PRECURSOR



Un día el bardo desapareció
y sin dejar huella se marchó
de la calle de Alcalá
y en su lugar apareció
un nuevo trovador
sediento de demostrar ese don
que solo la naturaleza concede
a quien pone en esa empresa todo su corazón.

Era un domingo del año del Señor de 1927
cuando el discípulo de Buscarini
entonó su primera proclama
que sonó como un estruendo de cañón.

Justicia hay que hacer a Buscarini,
poeta pálido
y según algunos fanfarrón
por ser el iniciador
de un estilo de ventas
que ya por aquellos días se daba en el Japón.

Templo de Ápolo
su quiosco se denominó
y en él
Buscarini -el precursor- aprendió
a vender libros sin demostrar la más mínima intención
al tiempo que hacia de actor, autor y promotor.

Inocente fue su egolatría
y de esta forma Buscarini se marchó
sin ruido y sin dolor,
aunque de vez en cuando
volvía para recordar
que solo él
era el dueño y señor
de aquella avenida de Buscarini en la que habia hecho de gorrión.

Autor: José Vte. Navarro Rubio

POEMA: BUSCARINI Y EL AMOR UN 19 DE MAYO DE 1921






                                                                                     
                                                                    Una errata de imprenta se deslizó en mi nombre:
                                                                    No es Armando, es Amando como siempre viví,
                                                                    Amando a la alimaña y a la fiera y al hombre
                                                                    Que el amor no se apaga en mí
                                                                                                           (Armando Buscarini)




En el arte de recitar
Armando Buscarini era muy especial
de ahí le venía esa vena
que solía explotar
desde su más tierna edad.

Con 16 años cumplidos
Buscarini se me va
en compañía de una peña muy particular,
entre ellos y ninguno más,
Villegas Estrada, José Romero Cuesta, Nuño y Renamonde,
a un circulo republicano
que tenía su sede social
en Cuatro Caminos -a recitar-,
poemas de amor
que del alma les debía de brotar
con total seguridad

En aquella escuela laica
vendría a recordar
aquello que lo lanzó
a una cierta inmortalidad
y que en pocas palabras venía a  aclarar
que en aquello de las erratas
el venía a sumar una más
que tenía que ver con ese Armando de su nombre
al que le sobraba la "r"
para quedar Amando
que es sobre el particular
al que él  y los demás
habían ido a aquel lugar a recitar.

Autor: Jose´ Vte. Navarro Rubio


POESÍA: AGUA SOLO PARA REFRESCAR








Sirva este vaso de agua
para refrescar
la garganta y el paladar

y si tiene más sed
no dude en pedir más
de este preciado liquido,
agua de manantial,
que no tiene precio
de lo rica que está.

Autor: José Vte. Navarro Rubio



POESÍA: VALLE INCLÁN Y LOS CONSEJOS A BUSCARINI EN ESO DE SALTAR



"Luces de bohemia"
me he venido a comprar
por eso de repescar
a Don Ramón del Valle Inclán.

Animaba este intelectual a Buscarini
a que si se tiraba del viaducto
al menos lo hiciera con dignidad
y Buscarini tocado en su sensibilidad
se lo pensaba y dejaba para otro día
su manía sacada de algún manual
de pregonar sus degracias
desde lo alto de un pedestal.

Es de pensar y de imaginar
aquella escena dantesca
con Buscarini
gritando sin cesar
y Don Ramón sugiriendo
al suicida romántico
que se quería descalabrar
que al menos usara
del sentido de la originalidad
para que el hecho pudiera pasar
con un cierto decoro a la posteridad.

Uno y otro
estaban unidos
por ese ideal
de ser por encima de todo
aquello por lo que venían a luchar
con más o menos efectividad.

Autor: José Vte. Navarro Rubio








POESÍA: LOS NIÑOS POETAS, BUSCARINI ENTRE ELLOS.

Covachuelas del Carmen (Dº ABC, 11 sept. 1903)

Corre la vida ¡corre!
y en Madrid el día se viene a parar
en una avenida - la de Alcalá-
y delante de un retablo
propio de Navidad
en el que un ser desesperado
descalzo en su andar
suplica -casi por caridad-
que le vengan a comprar
uno de esos libros
que por el suelo amontonados están.

En Madrid
o en cualquier otro lugar
a principios del siglo XX
la bohemia solía pasar
verdadero hambre
y necesidad espiritual
de ser reconocida su calidad
como artistas en general
que eran capaces de plasmar
el mundo
de una forma diferente
y original.

Niños poetas como Buscarini los hubo
y algunos de ellos
lograrían triunfar
aunque el resto a lo visto
se les ha venido a rescatar
cuando se ha podido
¡menos mal!
que la vida da vueltas
y las inquietudes todavía no se han podido censurar.

Autor: José Vte. Navarro Rubio

POESÍA: ¡HAY QUE AYUDAR AL POETA!: GRITABA BUSCARINI

 


Buscarini en Madrid
gozaba de cierta relevancia social
pues el caldo de cultivo
en el que se solía menear
tenía que ver de manera singular
con los medios de comunicación
y la prensa de ámbito nacional.

Ya fuera por lo que publicaba
o por cualquier anécdota
que le viniera a pasar
todo servía para popularizar
ese producto surgido
de las ansias de triunfar
qu Buscarini demostraba buscar
desde recién salida el alba
hasta que las estrellas
se ponían  a pasear
por la gran autopista espacial.

Anatema muy particular:
¡Malditos sean
los que de Buscarini
se solían bufar
y los que inventaron el arte
de difamar,
en la corte, villa y capital,
a este poeta tan singular!

Autor: José Vte. Navarro Rubio



jueves, 4 de abril de 2013

POESÍA: UN GATO LLAMADO BUSCARINI Y UN PERRO VALLE-INCLÁN

 

Para que vean ustedes
como el mundo estaba y está,
en 1928 en España,
sin ir mas allá,
había un gato en Lerida
que se venía a llamar Buscarini
y un perro en Segovia
denominado Valle-Inclán.

Se venía a comentar
este episodio
tan singular
en la revista que se venía a denominar:
"El clamor de los gatos",
¡sin más!


Sirva el ejemplo
del Morrongo de Anacleto,
director y reportero
de tan edificante
espacio cultural,
para dignificar
a todos aquellos seres humanos
tan puestos
en eso de respetar
la vida de los animales
y solicitar,
como es el caso
que hemos venido a contar,
el Registro Civil
para tan singular
pareja de animales 
-perro y gato-
o lo que es lo mismo Buscarini y Valle Inclán.


Autor: José Vte. Navarro Rubio



POESÍA: SOMBRAS EN LA VIDA DE BUSCARINI



Un 21 de julio de 1920, con 16 años recién cumplidos, tras componer Armando Buscarini un folleto titulado: "Sombras", dedicado a D Álvaro Alcalá Galiano, Conde del Real Aprecio, intentará suicidarse, arrojándose desde el viaducto de la calle Segovia en Madrid. Fallido el intento por la intervención de la policía Buscarini será criticado en la prensa local. Más tarde ese mismo año publicará "Cancionero del Arroyo" con introducción de Joaquín Dicenta (hijo) y prólogo de Andrés González Blanco y unas cuantas poesías de Buscarini. Precede a los versos un autoretrato de Buscari en forma de "confesión sincera". 

De ese intento de suicidio, y de esos días del mes de julio de 1920, he compuesto la siguiente poesía::

Como si la muerte fuera
algo más que perder la vida
a Armando Buscarini le gustaba
con ocasión de alguna edición 
de nuevas poesías
anunciar su muerte repentina
y en todo esto los hubo
pero que muy dados a la ironía
que en vez de sentir pena del poeta 
que así mismo se maldecía
lo criticaban con especial saña destructiva.

16 años recién cumplidos
Armando Buscarini tenía
y unas "Sombras" vagando
en un tintero seco en una buhardilla
cuando el poeta agobiado 
por una tristeza repentina
avisó con quitarse la vida
allí donde un viaducto servía
de lugar de distracción a los suicidas
que en Madrid 
de vez en cuando surgían
con olores a a cipreses de cementerio 
y a cera de un cirio derretida.

Para esa edad Buscarini 
ya escribía
y por su mente andaba 
como un duende 
en un barco a la deriva
un "Cancionero del Arroyo"
que supongo no sería
el que que corría 
por debajo de ese viaducto
al que se encaramaban los suicidas
para dejar su huella casi escrita
sobre el granito de aquella calle
que desde arriba
¡Quien sabe lo que parecía!

Infortunio y desdicha
Buscarini se sentía
como un ave herida
cuando recibe el golpe seco de una saeta
sin aviso alguno que le diga
de donde esta venía.

Quizás en el metro,
como algunos de sus detractores presumía,
Buscarini hubiera tenido más fortuna
en sus intentos suicidas,
menos mal -albricias-
que dentro de sus repentinos 
ataques de locura
siempre avisaba -por si acaso-
y siempre recibía ayuda
y a ello se debe
que nos haya llegado
esa obra suya
densa en lo que pudo
pues corta fue su existencia
y muy productiva
en lo que tiene que ver
con el retrato que nos dejó de una época
y de su propia vida.

Autor: José Vte. Navarro Rubio


RAJOY Y EL GRAN HERMANO DE GEORGE ORWELL




 


LA PRIMERA 'RUEDA DE PRENSA' DE RAJOY EN CINCO SEMANAS. 

Sinopsis

Inquietante interpretación futurista basada en la crítica a los totalitarismos y a la opresión del poder, situada en 1984 en una sociedad inglesa dominada por un sistema de "colectivismo burocrático" controlada por el Gran Hermano. Un hombre llamado Winston Smith intentará rebelarse contra ese control, manipulación y autoritarismo. Smith trabaja en el Ministerio de la Verdad. Su cometido se limita a escribir la historia de manera que siempre coincida con los intereses y predicciones del partido, así como a hacer desaparecer de los diarios, archivos, etc... los nombres de las personas molestas. Progresivamente se rebela contra la vida que le han obligado a llevar, y con toda clase de precauciones, intenta conservar un diario donde escribe sus dudas, sus pensamientos y sus sentimientos.



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miércoles, 3 de abril de 2013

BUSCARINI EN EL MANICOMIO DE ALCALÁ DE HENARES

Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría

versión impresa ISSN 0211-5735

Rev. Asoc. Esp. Neuropsiq. vol.31 no.3 Madrid jul.-set. 2011

http://dx.doi.org/10.4321/S0211-57352011000300014 

HISTORIAS CON HISTORIA

Una visita al manicomio de Alcalá de Henares
A visit to the madhouse in Alcala de Henares


Mariano Vidal


Se tiene de los locos una idea equivocada. Recuerdo que hace tiempo, visitando una casa de orates, un señor que nos acompañaba, al ver a los loqueros aproximarse a nosotros para seguirnos en nuestra misión, exclamó perplejo y desencantado: "¿Pero no usan fusiles estos hombres?"
Indiscutiblemente es algo absurdo el concepto que tenemos de estos desdichados. Imaginamos al loco un ser enfurecido y fatal, y su estatismo desilusiona nuestra morbosa curiosidad, que, como la de aquel señor, se asoma al mundo de los enajenados en la firme creencia de encontrarse ante un dantesco panorama. No. El mundo de los locos posee cierta quietud, y ellos la resignación y la mansedumbre de los incomprendidos, que tantas veces hizo exclamar a los que se les acercaron: "¿Pero son éstos los locos?". Sin embargo, la pintura de estos personajes es curiosa. La complejidad de tipos, sus extravagancias y, en fin, la fluida casuística que existe es tema inagotable y pintoresco. En realidad ha sido desfigurado por una falsa literatura que ha desvirtuado la realidad de "ese mundo", que teatralizado pierde lo sustancial de su personalidad confusamente dibujada por quienes desde un punto de mira literario quieren desentrañar el misterio de la sinrazón.
Trazos informativos y ligeros van a ser los nuestros y como profanos espectadores nos acercamos al tinglado levantado para la representación de la farsa.

En alcalá de henares. ¿Miedo?
Gracias a la acogedora bondad del doctor Huertas llegamos a Alcalá de Henares, donde el eminente psiquiatra nos recibe cariñosamente. Le acompañan sus ayudantes clínicos doctores Górriz y Montoya.
El doctor Górriz, que conoce nuestra gran curiosidad periodística, es el primero en decirnos:
- Aquí tenemos tipos muy interesantes.
- ¿Hace mucho tiempo que se inauguró este manicomio?- inquirimos.
- Su inauguración es reciente - contesta el ilustre doctor Huertas-. El exceso de enfermos que teníamos en nuestro departamento del Hospital Provincial decidió a la Diputación a adquirir este edificio para hospitalizar a sus enfermos.
- ¿Es tan crecido el número?
- Últimamente llegamos a tener en observación en el hospital 130. El número era excesivo y, naturalmente, se imponía disponer de un local más amplio.
- ¿Cuántos hay en Alcalá?
- Ochenta y tantos.
- ¿Y es verdad que hay casos interesantes?
El doctor Huertas cruza con Górriz una mirada sospechosa, mientras Montoya, que indudablemente le ha interpretado, me indica con suma cortesía una amplia puerta que conduce a un espléndido patio. El temor, que no está reñido con la curiosidad, imprime cierto recelo a mi propósito de informador. Quiero afianzar mi seguridad personal con la compañía de D. Francisco; pero su paso ligero hace imposible darle alcance. Y mientras cruzamos el patio, todo luz y color, pienso se ha sido mi pie derecho el que primero pisó los umbrales del manicomio.

El Tinglado. Una presentación insospechada
Ya estamos en el mundo de los locos. Un jardín espléndido. Unas acacias descoloridas y un sol que acaricia tibiamente.
Nuestra llegada hace reunirse en grupo a unos hombres que amablemente saludan gorra en mano.
- ¿Son éstos? - pregunto tímida, silenciosamente, al doctor Górriz.
- Sí. Aquí los tiene usted.
Y Górriz, que indiscutiblemente regocijase con mi temor, vuelve a dibujar una sonrisa de psiquiatra que me intranquiliza.
El doctor Huertas, que parece tener grandes simpatías entre sus enfermos, va de un lado para otro, extendiendo su mano, contestando a los muchos saludos que le hacen.
- Oye - oigo decir a D. Francisco a un muchachote alto y musculoso-, la carta que me diste la otra tarde ya se la entregué a tu padre.
- Muchísimas gracias - responde el aludido, y añade-, ¡Si me diera usted un cigarrillo, don Francisco!
- ¿Por qué no?
Y uniendo la acción a la palabra el doctor Huertas complace el deseo del enfermo.
- Este chico es un tipo muy gracioso - me dice Huertas-. Es un esquizofrénico. Tuvo un período agitante e intentó tirarse por un balcón a la calle. Cuando pasó el ataque, el padre, bajo los efectos del disgusto, amonestó al chico y le afeó su intento de suicidio. Y el muchacho desde aquel día no ha dejado de escribirle pidiéndole perdón.
Interrumpe la conversación un individuo que se presenta a mí espontáneamente.
- ¿No me conoce usted?- me dice.
- No tengo el gusto.
Hago memoria y desde luego afirmo mi negativa.
- No, no sé quién es usted.
- ¡Hombre! Es chocante. Todos los periodistas me conocen. He dado a ganar mucho dinero a los periódicos.
- Quizá; pero como ve uno tantas caras...-agrego yo.
- No importa. ¿Dónde están mis fotografías? ¿Dónde mi popularidad? Nada, nada, estoy plenamente convencido. Los periodistas son ustedes muy olvidadizos.
Y el desconocido me mira con cierta displicencia.
- Vamos a ver: ¿Usted no ha leído la Historia de España?
- Sí, señor.
- ¿Usted no recuerda las hazañas de los grandes guerreros?
- Algunas sí.
- ¡Entonces! Míreme bien.
Yo, cada vez más desorientado, miro y remiro la fisonomía de mi interlocutor.
- Pues no. No me parece recordarle - insinúo.
Una gran carcajada sale de mi desconocido y me dice en voz muy alta:
- Yo soy el general Prim; escuche, el general Prim.


Y, la cabeza altiva y con paso lento y marcial, Prim nos deja asombrados y con la mano en actitud de estrecharle la suya templada y fuerte.

Un flamenco fatal
Hemos querido hacer unas fotografías para ilustrar esta información y nos hemos encontrado con que impera entre los recluídos en el manicomio un deseo exhibicionista verdaderamente asombroso. Todos, a una simple indicación del doctor Górriz, han corrido para formar un grupo que ellos mismos se cuidan de ordenar.
Viene hacia nosotros un viejo simpático y dicharachero.


y de las bodegas que hay en Jerez. Y de negocillos sin importancia; por ejemplo, los tranvías de toda España y los barcos mercantes de Inglaterra.
- Además, no sabe usted otra cosa - agrega D. Francisco-. Por la noche recibe visitas de sus amigas.
- ¡Ah!, eso es seguro. Hoy vienen a cenar conmigo Pastora Imperio y la Niña de los Peines.
El viejo ha cogido una tabla que simula una guitarra y estirando su talle canturrea un fandanguillo.
- Este individuo - aclara el doctor Górriz - tiene una historia funesta. Tipo de flamenco, en una noche de juerga, por una cuestión baladí, mató a un hombre.
- A mí me tienen ustedes que sacar tocando la guitarra. Eso es mu castizo.
- ¿Para qué quieres que te retraten a ti? - le pregunta Huertas.
- Señor, pues pa que me vean mis admiradoras.
- ¿Usted no sabe que se lo rifan las mujeres? -me apunta Huertas con cierta intención.
- Eso sin dudarlo. Soy algo serio. Y como gracias a Dios tengo "pa" tirar todo el dinero que me haga falta...
- ¿Es usted rico? - tercio yo.
- Don Francisco lo sabe, que es mi apoderado general. Soy el dueño de todos los bares de Madrid

Casiano. Un filosofo y un poeta
Dentro de las formas demenciales existe el tipo del oligofrénico, conocido vulgarmente por el tonto. El tonto, que tan variados matices presenta, es tipo muy digno de atención.
Aquí nos hemos encontrado con Casiano, que aparece en dos de nuestras fotografías.
Pocas palabras podemos cruzar con él. Se asombra ante nuestras preguntas y cuando contesta lo hace tan incoherentemente que a duras penas hemos podido dialogar.
- Casiano, ¿quieres decirnos cuántos años tienes?


Con su semblante de perplejidad responde:
- Dos, dos.
- ¿Dos años tienes?
- Sí, señol.
- ¿De dónde eres?
- De Escolial.
- ¿Y allí qué hacías?
- Cantal misa.
Y comienza a reír, asombrado.
- Dos, dos - sigue diciéndonos.
- Bueno, hombre. ¿Y estáis a gusto aquí?
- Dos, dos.
El doctor Montoya me pone en antecedentes. Vivía en El Escorial y allí se pasaba las horas metido en la iglesia gritando desaforadamente. Además, ciertas costumbres de Casiano, por cierto nada honestas, motivaron su reclusión en Alcalá.
Tercia en nuestra conversación un muchacho.
- ¿Ha visto usted qué tonto? - comienza diciéndonos.
- Sí.
- Entre tontos y locos esto está imposible.
- ¿Usted lleva muchos días aquí?
- Sí; ocho, creo.
Habla con cierto aire doctoral, midiendo la frase, mirando insistentemente.
- ¿Y por qué le ingresaron a usted?
- No. Yo vine por gusto. Estoy estudiando la filosofía de los locos. Un tema interesante.
- Hombre, sí.
- Es una filosofía en verso. Creo que es algo interesante. ¿Verdad?
- Interesantísimo. ¿Y piensa usted salir pronto?
- Cuando haya hecho el estudio de esta pobre gente. ¡Me dan lástima los locos!
- ¿Usted cree que están locos?
- Rematados. Anote usted que aquí hay un señor que se figura que es millonario y a cada instante me está pidiendo cigarros. Otro que se cree un rey y es hijo de un cochero. ¡Vamos, es terrible!
- Pues me alegraré que se marche usted pronto de aquí y termine usted con felicidad su trabajo.
- Gracias, gracias. Pienso acabarlo en breve.
- Y que tenga usted mucho éxito con su obra.
- ¡Ah!, eso sí. ¿A que no se imagine usted quién me ha escrito felicitándome por anticipado?
- No sé.
- ¡Cervantes!
Pregunto a Montoya en qué año vivimos, porque, la verdad, con estas revelaciones, estoy en una confusión de ideas y de fechas que es como para volverse loco...

Dos tipos pintorescos. Colon y Buscarini
Nuestra atención se fija en un sujeto extraño y pintoresco que parece alejarse de nosotros. Con paso lento recorre el jardín, indiferente a cuanto le rodea. Yo, decidido, voy hacia él. Leve sonrisa dibuja su semblante y con exagerada cortesía me hace un saludo.


  1. - ¿Vos queríais algo de mí? - pregunta.
    - Si fueseis tan amable...- insinúo desconcertado.
    - Un Primero de Colón jamás negó su benevolencia a nadie. Hablad sin miedo, que soy caballero y nobles mis palabras para todos.
    - Gracias. Me interesaría saber algo de vuestra vida.
    - Aventuras, señor. Lances de amor y de muerte. Mi espada sabe rendir a los rufianes.
    - ¿Su profesión?
    - Inventor. Y pienso, como mi antecesor, descubrir un Nuevo Mundo.
    - ¿Afortunado en amores?
    - ¡Bah! - sonríe maliciosamente-. Damas de rango insinúan su deseo; pero yo soy fiel a mi amada.
    - ¿Su amor verdad?
    - El único.
    - ¿Y quién es la preferida?
    - La hija del presidente de la República Argentina.
  2. A mi espalda una voz meliflua hace que vuelva la cabeza.
  3. - No le haga usted caso.
  4. Quien habla es Buscarini, el errante poeta.
  5. - ¿Tú aquí? - exclamo sin salir de mi asombro.
    - ¡Una injusticia, una verdadera injusticia, señor!
  6. Colón, que permanece silencioso, da media vuelta y marcha sin decirnos nada.
  7. - ¿Y aquí qué haces, Buscarini?
    - Ya lo ve usted: holgar. Es lástima que yo esté encerrado. ¡Se ha perdido un artista!
  8. Y asoman a sus ojos unas lágrimas.
  9. - ¿Y te encuentras bien?
    - Regular. Me han inoculado algo extraordinario en el cerebro.
  10. Yo sonrío.
  11. - No, no ría usted. Siento un peso terrible. ¡Y es lástima que se pierda el artista!
    - ¿Piensa escribir alguna cosa?
    - No puedo. En mí sólo queda el hombre vulgar. El otro, el artista, se ha perdido para siempre. ¡Es una injusticia!
  12. Don Francisco se acerca a nosotros. Preguntamos:
  13. - ¿Está loco Buscarini?
    - Tremendamente loco; pero loco perdido.

  14. En este manicomio se nota la ausencia de las celdas
  15. - ¿Dan ustedes muchas altas? - pregunto a D. Francisco.
    - Según. Cuando los enfermos están en condiciones de ser entregados a sus familiares no hay ningún inconveniente.
    - ¿Curados?
    - Algunos casos son francos. Otros apaciguan su sintomatología, nada más.
    - ¿Qué clases de enfermos demenciales dan menos posibilidad de curación?
    - Todas las formas demenciales son de un pronóstico poco lisonjero. Sin embargo, en la parálisis general progresiva, gracias al nuevo tratamiento de la malarioterapia, se consiguen resultados muy favorables.
    - ¿Lo emplean ustedes aquí?
    - Naturalmente.
    - Lo que he observado es que en este manicomio no existen celdas...
    - Y no hacen falta en ninguno. Es ociosa su existencia, pues la moderna terapéutica dispone de sustitutivos.


- ¿Qué son?
- El baño caliente y ciertos preparados farmacológicos que hacen que en el enfermo cesen los períodos de agitación.

Los enfermos tambien dedican su tiempo a ciertos trabajos
- ¿Qué género de vida hacen estos enfermos?
- Ya lo ha visto usted. Una vida higiénica y moderada.
- ¿Son aptos para emplearse en algunos trabajos?
- Sí. Aquí, a medida que estabilizan su mejoría, se les dedica a ocupaciones que les orienten en su normalidad. Por ejemplo, tenemos un pequeño taller de carpintería donde realizan trabajos curiosísimos. Otros se emplean en labores de jardinería y muchos hay que ayudan a las hermanas en las labores hospitalarias. Claro que hay individuos los cuales no pueden ocuparse en su oficio. Tenemos un maestro barbero que comprenderá usted sería algo trágico el encomendarle un afeitado.
- Yo no me dejaría.
- Ni yo tampoco - exclama el doctor Huertas subrayando las palabras con un gesto de decisión inquebrantable.

Los medicos que trabajan en el manicomio
El doctor Huertas lleva la dirección del establecimiento, secundado por los doctores D. Mariano Górriz y D. Eugenio Montoya, que figuran como médicos agregados al manicomio. Como residente, D. Francisco Marcos, médico titular de Alcalá de Henares. Completa el cuadro facultativo un practicante e internos.
Hermanas de la Caridad atienden al régimen de los enfermos, ayudadas por enfermeros que debidamente cumplen con su deber.
Tanto el cuadro facultativo como el subalterno merecen nuestro pláceme y un sincero elogio por el interés que ponen al servicio de sus enfermos.


Final
Se tiene de los locos una idea equivocada. Y si es verdad que su mundo impone y atemoriza, también nos proporciona un poco de ensueño que en el de los cuerdos cesa por bastardas ambiciones. Lo que hace falta es un poco de piedad para esos desdichados y procurarles que deslicen sus extravagancias no en un ambiente carcelario, sino en otro risueño y dulcificado por la bondad de los que nos creemos firmes en la razón.


Reimpreso de: Mariano Vidal. Una visita al manicomio de Alcalá de Henares. Heraldo de Madrid. 24 de octubre de 1929, p. 8-9.
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