sábado, 17 de agosto de 2013

POESÍA: BRAM vAN VELDE Y ESOS TRÁNSITOS CONVULSIVOS

Con Bram Van Velde entre tránsitos convulsivos
cogí de unos de sus cuadros un camino
nevado, angosto que llevaba a un pueblo primitivo,
allí donde se acababa la senda
y venían a protegerse de los rigores de un invierno posesivo los individuos.

Senda blanca
por la que transitan tres individuos
de los cuales uno de ellos
tiene pinta de ser el autor de ese cuadro tan característico del impresionismo.

Nieve blanca en la que se ve un camino
y cerca de él un abismo
y más allá un pueblo perdido
hacia el que marchan arropados y sin muestras de cansancio alguno
unos amigos.

Nieve blanca,
blanca amigo,
nieve es en un cuadro
a pesar del tiempo transcurrido
desde que Bram van Velde le dio ese toque tan característico.

Autor: José Vte. Navarro Rubio

POESÍA: DE QUE ESTÁ HECHO ESTE SIGLO XXI

¿De que está hecho este siglo XXI?
no es de piedra,
no es de basalto,
no es de hierro,
no es de carbón,
no es de fluidos,
ni de elementos volátiles
ni de nada parecido,
es, parece ser,
según mis análisis cuantitativos,
lo más seguro,
de odios concentrados
desde que el mundo es mundo.

El odio es nuestro mortal enemigo
desde que unos seres humanos
se vienen imponiendo a otros,
siempre por lo mismo,
el dominio de la especie y con ello la subordinación de unos individuos
ante el poder del cual nos viene, de vez en cuando, la vuelta a lo mismo.

Autor: José Vte. Navarro Rubio


POESÍA: EL SER HUMANO Y SUS DIFERENTES CARAS

La sensatez muchas veces choca contra lo que te pide el cuerpo.
Fue domesticada como una bestia de carga
y le sirve a la sociedad
de la que todo dimana
para configurar su alma.

La sensatez y la educación son dos buenas hermanas
y se baten en crudas batallas
cuando los caminos se juntan
y las dos se afanan
en demostrar quien es la que antes pone sobre el suelo su pisada.

En épocas como la actual llenas de trampas
lo educado es esperar a ver lo que pasa
y lo sensato significa echar el freno y por si hiciera falta
no perder de vista
aquellas cosas que de siempre han sido sagradas.

El ser humano es como un espejo de diferentes caras
que dependiendo de por donde lo mires
te enseña lo que mejor le viene en gana.

La noche con sus mudeces,
el día con sus algaradas,
la mañana con su vida a flor de calle
y la tarde con sus ansias de libertades secuestradas
que un sastre que habita en nuestras entrañas
recorta como quien hace un traje y le sobra tela a las mangas,

Autor: José Vte. Navarro Rubio
 

POESÍA: CUANDO UNOS SE LEVANTAN OTROS SE ACUESTAN

Mientras usted se levanta yo me acuesto
uno y otro sin pereza
y los dos a la vez sin tener en cuenta
el país o continente
donde en estos momentos hay sol o tinieblas.

Los dos sabemos
por tener sobre la frente algo más que testa
que la vida esta hecha
para que mientras unos trabajan otros estén de fiesta.

Ahora, que la brisa por la ventana entra
recuerdo con nostalgia mis días de escuela
con sus largas vacaciones y aquella cantinela
de ganas menos que un maestro de escuela.

Dicho esto
recuerdo pues gratis es la apuesta
que al paso que vamos
el sol saldrá para todos a la misma hora se quiera o no se quiera.

Autor: José Vte. Navarro Rubio

POESÍA: LA NOCHE TRAE FIESTA

Llegan en esta noche gritos y risas de una cercana sala de fiestas.
En el verano todo se perdona
hasta las mentiras dichas a conciencia
de aquellos que nos gobiernan.

En una noche de coyotes aullando 
por eso son fieras
oigo el estruendo de una botella 
al estrellarse sobre el suelo de una acera
y a un borracho que dice
déjame que pase por el suelo la lengua.

Continua el estruendo
no de música ni de fiesta
más bien de sillas y de peleas
de jóvenes que van y vienen sin saber la hora que es ni que pintan ellos en esa fiesta.

 Son casi las cuatro de la mañana 
de un sábado que sabe a hiel e insomnio ¡que penitencia!
y en ello pienso
que más que despierto mejor estaría en la discoteca
ayudando a poner orden mientras me bebo una cerveza. 

Dentro de poco se hará de día
y  llegará sin que nadie haya hecho nada por remediar los sinsabores del alcohol sobre las cabezas
sonidos de sirenas anunciando que se acabó para algunos la fiesta.

Autor: José Vte. Navarro Rubio

POESÍA A TANGER FUI Y DE TANGER VENGO (13)


               XIV
Me despido entre recuerdos
de todo aquello que vi
y de lo que no viendo
presiento tan cerca que duermo con ello.

Sumergido en la lectura
de un libro venido a nacer entre brotes de calma 
en mitad de un agosto de veraneo
dejo Tanger entre las páginas de un diario que guardo
en la caja fuerte de mis recuerdos
y me voy de paseo
por esta Cullera de cuerpo entero
con su montaña, río mar y embarcadero
donde los días pasan lentos
a ritmo de descanso y de centrar el pensamiento
solo en que el mes de agosto acabe con buen tiempo.

Nada cambia en estos lugares
donde la crisis suena a cuento
y aunque en Tanger los días eran azules y blancos dependiendo de la corriente del Golfo y de los vientos
aquí en Cullera
ya subiendo en pos de un castillo
rehecho, casi nuevo,
vuelvo a ser el de siempre con barba de dos días y canoso el pelo.

Cullera a mis pies
con su paseo convertido en zoco donde se compra desde un abanico a un reloj del tiempo.

Cullera y Tanger
juntos como si estos dos pueblos
lejanos en distancia y cercanos en mi entendimiento 
fueran algo más que unos lugares donde veranear sin más que decir por el momento.

Autor: José Vte. Navarro Rubio 

POESÍA A TANGER FUI Y DE TANGER VENGO (12)


         XIII
Es su seno materno
una pequeña geografía
de montes y ríos,
ciudades y villas
con matices diferentes
que dejaron como poso de vino en la tierra su huella profunda y anhelos.

Madre es Tanger
y por ello cría
a sus hijos e hijas
dentro de unos confines
que algunos pintan
como si fuera la ciudad perdida en mitad de un desierto

Llegan y se van los extranjeros
de esta ciudad hundida
en el Medievo.

Sin más que se diga
son gentes de diferente lugares
todos ellos parecidos en lo concreto 
a barcos a la deriva necesitados de buenos vientos
que cuando fondean en esas calas de rocas como ásperos pellejos
es para toda la vida sin quererlo

               
Autor: José Vte. Navarro Rubio 

POESÍA A TANGER FUI Y DE TANGER VENGO (11)



       XII
 Atino a ver
sobre una fotografía
afilada nariz
y avispada vista perdida sin rumbo para navegar en una tarde perdida
en que todo se detiene
y sin prisas
un hombre sentado respira
los olores que desde siempre le llegan
y a los cuales nunca
ha prestado importancia por formar estos parte de su vida y tormentos.

Aquí en Tanger todavía se adivina
un cierto aire marcial
cuando los estruendos de los aviones reducen a cenizas
los cielos limpios
de una ciudad reconocida por sus tipografías y sellos.

        

Autor: José Vte. Navarro Rubio 

POESÍA A TANGER FUI Y DE TANGER VENGO (10)


             XI
Trepa la parra sin hojas
y sin frutos
busca el cielo
como queriendo decir
¡quien hará con mis granos vino fresco!

Trepa la parra
por un poste de madera
que mece el viento
y ya sus hojas convertidas en sombra sobre el suelo
se deja llevar
y ofrece sus sarmientos
para que ardan en la chimenea
como si el diablo viviera en sus adentros.

Si Bowles odiaba a Tanger
bebe amigo ahora que estas a tiempo
pues el odio de los hombres
nunca es bueno y si se nace odiando
se vive con el odio navegando por los paraísos internos de un cuerpo muerto.

“El recluso de Tanger”
es como un lamento por haber sido en la ciudad
que odiaba por dentro
el guardián de una celda con no más barrotes que los que el construía con tinta, papel y mucho entretenimiento.


Autor: José Vte. Navarro Rubio 

POESÍA A TANGER FUI Y DE TANGER VENGO (9)


           X
En la terraza de un bar
alguien medita sobre un hecho concreto
como sabiéndose
el rey del momento.
y apóstol sin serlo
de un reino
donde no hay nazarenos

En la plaza
de un lugar perdido en el tiempo
medita un viejo
mientras dos mujeres sumidas en el olvido que se cuece en los lugares pequeños
dan la espalda a este verso.

Plaza sin música
ni palabras por el cielo huyendo
lame el silencio
las piedras del suelo.

Ser
solo eso
lo que tu quieres ser
y si en ello
el ser se pone terco
darle al ser al igual que a tus sentimientos
buenos alimentos.

        

Autor: José Vte. Navarro Rubio 

POESÍA A TANGR FUI Y DE TANGER VENGO (8)

   IX
Decante Tanger, decadente España,
decadente el universo.

Las ciudades decadentes también reciben aguaceros
y aunque en ellas no brille el oro
ni la plata de las minas
que existen en los subsuelos
las ciudades decadentes
saben a besos húmedos como si chuparas un caramelo,
y a humo que sale por  las chimeneas
cuando llegan los inviernos
y buscan cobijo en el cielo.

Decadente la ciudad
no avanza
al tiempo que se siente un retroceso
por eso sus casas
y jardines donde se oyen los trinos serenos
tienen ese encanto
que les falta por ausencia de celo
a las urbes modernas
con sus altos rascacielos.

          

Autor: José Vte. Navarro Rubio 

POESÍA A TANGER FUI Y DE TANGER VENGO (7)

 VIII
Fue de espaldas,
fue eso
títere sin saberlo.

Vivió mirando por una ventana
de puertas hacia adentro
y desde allí vio
sus ojos no eran de cemento
el transitar de las gentes
y con ello
lo que a el  parecía que eran los destinos de un pueblo.

“El secreto de Tanger”
fue para Bowles su credo
y con ello se despidió
por fuera y por dentro.

Tanto amor
derramado entre páginas
me parece un encierro
para aquellos que leen sin haber antes paseado sus recuerdos
por esos lugares donde la tinta se muestra azul como el color del cielo.



Autor: José Vte. Navarro Rubio 

POESÍA A TANGER FUI Y DE TANGER VENGO (6)

 VII
Golondrina sin rumbo
el día pone dentro de  un cerco.

Golondrina que no para
sobre el cielo
surcando los espacios
y huyendo de todo aquello
que dos enamorados trasmiten en un beso.

Nido de golondrina
colgando de un alero
hecho con barro y paja
para cuando llegue el momento
de ser madre y criar a sus poyuelos.

Cría la golondrina
y mira el cielo
pues no quiere ser como los braceros
que siegan los trigos
y comen pan de centeno.

Esclavas sin ataduras
las argollas las llevan dentro
por eso vuelan entre mares y océanos
a la espera de ojos tiernos
en los que poder leer
ha llegado el momento
de que construyas tu nido sobre ese alero.

Inocentes las golondrinas
creen en los buenos sentimientos
de los hombres y mujeres
sin saber si son malos o buenos.



Autor: José Vte. Navarro Rubio 

POESÍA A TANGER FUI Y DE TANGER VENGO (5)

      VI 
El secreto es una palabra
sin más que decir de ello.

El secreto es viajar
sin saber donde tu periplo se acaba
ni cuanto tardarás en ello.

En Tanger los secretos
no son nada
que no se lea en los pensamientos

Ficción
o tal vez cuento,
¡nada de ello!
pues la ciudad existe
con sus calles, zocos, mezquita y alcazaba pinchada en el cielo.

Ficción me suena
a palabra pronunciada con desprecio
por quienes tapan
lo que son
o lo que fueron
en mitad de un universo
de libertades alargadas que se respiran a pulmón abierto.

              

Autor: José Vte. Navarro Rubio 

POESÍA: A TANGER FUI Y DE TANGER VENGO (4)


                      V 
No es la ciudad la que te espera
¡eso es un cuento!
eres tu el que vas hacia ella
trotando y de pie derecho.

Café de la Jafita
tan lleno de recuerdos
para los que viven y para los que ya murieron
a esas horas en que la Medina
todavía esconde sus blancos colores que destellan en el cielo
y a esas horas mágicas
en que un escritor se alza
sobre la tumba que construye en el paraíso que brota en su entendimiento

Alcazaba de cañones,
ahora monumentos,
vigilan,
por si acaso
alguien intenta
con su acero
fundir en vino
sus viejos recuerdos.

             
Autor: José Vte. Navarro Rubio 

POESÍA A TANGER FUI Y DE TANGER VENGO (3)

     IV
Tanger no es puerta de entrada
ni de salida
hacia donde sopla el viento.

Tanger es el paraíso
con sus muchos muertos de todos los tiempos
recorriendo la ciudad
en la que se sintieron
libres como el sol saliendo entre las nubes con sus aguaceros.

Una historia mal escrita
es para ella, Tanger, el peor de sus tormentos
por eso ella
la ciudad con sus sentimientos
acoge a desterrados y hambrientos
buscadores de tesoros y enterradores de pobres versos.

A Tanger no le falta
nada que no sea lo que de ella quieren las gaviotas que surcan los cielos.

Amor a lo cotidiano,
en ella me siento
 el niño que fui en España
tierras adentro
cuando soplaban los vientos
y el calor llenaba de silencios
el alma de los campesinos cuando regresaban hambrientos
por caminos polvorientos
y se veían los primeros los corrales de Pinarejo, su pueblo y el mío en concreto.

                   

Autor: José Vte. Navarro Rubio 

POESÍA A TANGER FUY DE TANGER VENGO (2)


              III
A Tanger no le miento
porque allí he visto
como si fuera un sueño
los mismos botes de conserva corroídos por fuera
reutilizados como simples maceteros
colgando de paredes enjabelgadas de blanco
y me he sentido niño pequeño
navegando por un río Nilo
infectado de cocodrilos hambrientos
o ya en Trieste o Estambul
oyendo y siguiendo
las sirenas de los barcos de carga y de pasajeros
y el batir de las alas
de los últimos pajarracos del aquel lejano y antiguo imperio.

¡Oh en Tanger!
la dicha de un soñado beso
en cama blanda de plumas y de sabana tejidas allí donde el viento del desierto
acaricia los dedos
de las tejedoras de sueños.

¡Oh en Tanger!
que apretado dilema
no se si dedicarle un beso
o rezarle en todos los idiomas del universo un Credo.

Donde nacer o  morir en ella
sintiéndote al mismo tiempo
rey  de los pobres  o esclavo sin nada más que huesos y piel sobre el cuerpo.

Fin de la cita
de un eunuco que se siente fértil como el río Ebro
y a lo sumo
solo lo quieren los cuervos
que lo manejan como a una marioneta
para que aguante un cierto tiempo.

A Tanger todo llega
hasta los estruendos de quienes duermen pensando en el próximo duelo.

             
Autor: José Vte. Navarro Rubio 

POESÍA: A TANGER FUI Y DE TANGER VENGO (1)


                      I
Poema de un día cualquiera,
de ese preciso momento
en que una barca pasa junto a la costa
y en ella veo
a dos dioses egipcios
mirando hacia el horizonte
mientras lanzan al agua
redes confeccionadas con hilados de oro que brillan como el mismo cielo que nos ilumina. ¡Tan sereno!

Mirad,
que silenciosa es la mañana
y que tranquilo el horizonte
se muestra ante estos dos seres
recubiertos de sales diminutas duras como el acero
combinadas con granos de arena
que llaman mi atención
mientras atento oigo
el sonido de graznidos en estéreo
que desprenden las aves vespertinas
que cruzan por el cielo
a ritmo de merengue y samba ¡que tremendo!

De amar en la mañana
está  loco hoy el tiempo.

Veo
brotar la rabia de las nubes 
en forma de aguacero
al tiempo que contemplo
sus ojos redondos como piedras de molinos encendidas en deseos.

De aquel  Antiguo Testamento
se escapa por estos tiempos
un Sansón ya ciego
que duerme en mis cabellos
y se alimenta de todo aquello
 a lo cual presto el tiempo justo para decir que he pasado un mal sueño

                   II
Caballo de madera o porcelana,
de metal  o vidrio,
de acuarela pintada en un lienzo
o al carboncillo, todo muy negro,
en una nube de triste sentir
que pasa relinchando
y me invita a seguir su camino por los cielos

Caballo de cartón
con  herraduras de metal
trotando entre campos repletos
de girasoles, avenas, trigos, cebadas y centenos
al tiempo que suenan unas campanas
en la lejana torre de una iglesia de duro basamento.


Autor: José Vte. Navarro Rubio 

miércoles, 14 de agosto de 2013

POESÍA: MALOS TIEMPOS SON LOS QUE SE AVECINAN

En estos días
ya cercano el momento de la partida
hacia nuevos lugares,
aquellos de toda la vida,
vuelvo la cabeza atrás
para ver lo que se respira
y solo quedan
de esas semanas y días,
un páramo construido
con paro y corrupción política.

Maldita historia social,
económica y política
la actual o contemporánea o como se les diga,
por no ofrecer nada
y desheredar a sus hijos e hijas.

Malditos aquellos que con sus mentiras
nos han devuelto a los tiempos de las luchas
por las grandes conquistas
cuando ya todo estaba consolidado y se perseguían
 mejores constantes en la vida.

Malos tiempos son los que se avecinan
para los que trabajan,
para los que estudian,
para los que protestan,
y para los que no rechistan
pues el Estado como forma de poder política
ha pasado a mejor vida.

Descanse en paz
quien murió víctima
de sus propios errores y de los de su mejor amiga
la sociedad capitalista.

 Autor: José Vte. Navarro Rubio

POESÍA: HE BAJADO HASTA LA PLAYA

He bajado hasta la playa para ver desde cerca,
sin necesidad de que nadie me cuente historietas,
de que va el verano
y el por qué los turistas se abalanzan sobre las blancas arenas
para dejar en ellas sus huellas.

A las cuatro de la tarde con bañador, toalla y gorra de visera
me he dejado caer para saber lo que pasa
y he visto en la playa
a personas rendidas ante el Dios Sol que los llena,
con su luz, de calma pasajera.

En la playa, a todos, muy buenas,
se dan cruces de miradas
por parte de aguiluchos con ojos de fieras,
que tras sus gafas de sol otean
sin dejar de mirar a su parienta
y de los que exclaman ¡me he quemado hasta la lengua!

En ella se ven niños jugando con la arena
transformada ésta en castillo
con su foso dándole la vuelta
preparado con agua para acoger cocodrilos, pirañas y sardinetas
y junto a esta fauna propia del ecosistema
el aire se llena de música de verbena
ante la mirada atenta
de los que tendidos sobre esteras y toallas playeras
se cubren hasta las pestañas de crema
como si fueran una tarta de nata con frambuesas.

Bienvenidos, todos a la playa,
pues ella nos espera,
en este verano en que los jueces de una España negra
llaman a declaran a quienes han hecho de la política una verdadera mierda.

Autor: José Vte. Navarro Rubio

POESÍA: AGOSTO EN EL CALENDARIO

Cuando el tiempo no importa
y se da por bien empleado
todo parece diferente
aunque ingrato sea el trabajo.

Pasar el tiempo disfrutando
es algo a lo que desde siempre aspiramos
por mucho que se diga lo contrario.

Voy andando
 hasta ese lugar en el que me está esperando
la mañana con sus amaneceres,
la tarde con sus calores o fríos acumulados
y la noche con su manto
de luces pequeñas como puntos de cigarros
en la boca saboreados.

No importa si se tarda o se llega
antes de lo acordado pues la mañana, tarde y noche,
me están esperando.

Agosto trae perfumes que aspiramos
y una vez asimilados
nos hacen diferentes
de lo que somos en el resto del año.

Añoro un calendario
con 12 meses idénticos en todo el año

 Autor: José Vte. Navarro Rubio

POESÍA: NOS SALVÓ EL TURISMO

Uno navega en el mes de agosto
intentado
pasar desapercibido,
pelo corto, bigote bien arreglado,
zapatillas deportivas, camiseta con dibujos incluidos
y ya tenemos, en un minuto,
a un turista paseando
y disfrutando de todos los días, cual domingo
después de haber estado toda la semana trabajando.

Uno desde siempre fue muy entendido
en eso de ver a los turistas como billetes recién imprimidos
que eran importantes para un país deprimido
que para salir de su aislamiento bizantino
necesitaba de divisas con las que poder nivelar la balanza comercial
y convertir los números negativos en positivos.

 Nos salvó el turismo
y de los pueblos de España donde el trigo solo daba
para que vivieran los ricos
salieron nuestros jóvenes
con permisos, maternal, paternal y divino
para traer a casa algo más que polvo, cansancio y hambre de todos los tipos.

 España golpeaba con fiero instinto
en el corazón de Europa
que se rendía ante el sol y grandeza de unos espacios naturales muy primitivos
y una forma de ser la de los españoles propia de otros siglos.

 Manta al hombro cual montera, espada y talego con pan y chorizos
una generación recorrió los caminos
que llevaban de la España rural a otros sitios
entre abrazos, despedidas y suspiros.

 Ahora que soy turista y viajo por el mundo
vuelvo la vista atrás para decir: ¡Lo que ha llovido!

 Autor: José Vte. Navarro Rubio

POESÍA: CARTAS DESDE UN PASEO MARÍTIMO (I)

Te escribo
desde un paseo marítimo
al cual las olas del mar llegan para morir entre gritos de auxilio.

Son las 9 de la mañana
y una tostada como en la que fue asado San Lorenzo
y un café con leche bien calentito
se me ofrecen por parte de un camarero vestido como si fuera un pingüino.

La leche derramada sobre una taza blanca,
 poco a poco
¡que tino!
remueve mis intestinos
pues la leche desnatada, blanca, como la cal de un paredón antiguo
debe ser de esas de cartonaje desconocido
y el café, achicoria en aguas negras removido.

Es mañana para temblar en este paseo marítimo
donde a lo visto
me han debido de tomar por un turista sin vínculos
con esa ciudad,
con ese puerto,
con esa montaña,
con esa playa y con ese río
que me conozco de memoria como si allí hubiera nacido.

Te escribo a estas horas debido
a que mi mente esta más descansada
y lo que parece ser una brizna de entendimiento navegando por mi cuerpo cautivo
es solo eso,
eso solo, lo que digo,
cansancio infinito.

Vuelvo a mis reflexiones sentado y mirando como único objetivo
la playa serena, vacía y a punto de ser reconvertida en paraíso
de gentes destapadas, a excepción de las partes más íntimas y punto.

Tranquilidad absoluta se mastica
entre sorbos de café con leche y concienzudos mordiscos
a esa tostada con mantequilla y mermelada con sabor a membrillo,
con lectura obligada de la prensa que avisa de un final de mes muy calentito
¿de quién? ¿cómo? ¿por qué? menudo mes de septiembre, menudo. 

Llega la hora de marcharse
tras pagar como es debido
con saludo incluido.
Es el momento justo
en que en la playa se ven faenar barcos muy diminutos
como si fueran bajeles de piratas reclamando a gritos
doncellas para mitigar su apetito.

 Desde el apartamento miro
hacia ese mar que me sirve de refugio
y sin más que decir sobre este asunto
paso página y en lo mío,
que es tuyo,
me despido.

 Autor: José Vte. Navarro Rubio

POESÍA: TOLEDO CON ABREVIATURAS

Y es en Toledo con mayúsculas
y es en Toledo con abreviaturas
y es Toledo sin lugar a dudas
donde la palabra se hace poema y esta se convierte en una especie de bálsamo bebe para las criaturas. 

Noche de luces difusas
desde todos los frentes y alturas
y más si sales de un bar con un par de copas de más y miras
esas farolas colgando de las paredes con sus cables rompiendo su hermosura
y te imaginas que no es la noche sino más bien fantasmas los que se vienen en tu búsqueda.

Me viene la noche
al igual que en otros días
y lo hace sin lugar a dudas
para arroparme y llevarme de parranda entre olivares y viñas
para ser en la noche eterna lechuza
encalomada en una rama esperando salga la luna.

 Autor: José Vte. Navarro Rubio

martes, 13 de agosto de 2013

A TANGER FUI Y DE TANGER VENGO


                      I
Poema de un día cualquiera,
de ese preciso momento
en que una barca pasa junto a la costa
y en ella veo
a dos dioses egipcios
mirando hacia el horizonte
mientras lanzan al agua
redes confeccionadas con hilados de oro que brillan como el mismo cielo que nos ilumina. ¡Tan sereno!

Mirad,
que silenciosa es la mañana
y que tranquilo el horizonte
se muestra ante estos dos seres
recubiertos de sales diminutas duras como el acero
combinadas con granos de arena
que llaman mi atención
mientras atento oigo
el sonido de graznidos en estéreo
que desprenden las aves vespertinas
que cruzan por el cielo
a ritmo de merengue y samba ¡que tremendo!

De amar en la mañana
está  loco hoy el tiempo.

Veo
brotar la rabia de las nubes 
en forma de aguacero
al tiempo que contemplo
sus ojos redondos como piedras de molinos encendidas en deseos.

De aquel  Antiguo Testamento
se escapa por estos tiempos
un Sansón ya ciego
que duerme en mis cabellos
y se alimenta de todo aquello
 a lo cual presto el tiempo justo para decir que he pasado un mal sueño

                   II
Caballo de madera o porcelana,
de metal  o vidrio,
de acuarela pintada en un lienzo
o al carboncillo, todo muy negro,
en una nube de triste sentir
que pasa relinchando
y me invita a seguir su camino por los cielos

Caballo de cartón
con  herraduras de metal
trotando entre campos repletos
de girasoles, avenas, trigos, cebadas y centenos
al tiempo que suenan unas campanas
en la lejana torre de una iglesia de duro basamento.

              III
A Tanger no le miento
porque allí he visto
como si fuera un sueño
los mismos botes de conserva corroídos por fuera
reutilizados como simples maceteros
colgando de paredes enjabelgadas de blanco
y me he sentido niño pequeño
navegando por un río Nilo
infectado de cocodrilos hambrientos
o ya en Trieste o Estambul
oyendo y siguiendo
las sirenas de los barcos de carga y de pasajeros
y el batir de las alas
de los últimos pajarracos del aquel lejano y antiguo imperio.

¡Oh en Tanger!
la dicha de un soñado beso
en cama blanda de plumas y de sabana tejidas allí donde el viento del desierto
acaricia los dedos
de las tejedoras de sueños.

¡Oh en Tanger!
que apretado dilema
no se si dedicarle un beso
o rezarle en todos los idiomas del universo un Credo.

Donde nacer o  morir en ella
sintiéndote al mismo tiempo
rey  de los pobres  o esclavo sin nada más que huesos y piel sobre el cuerpo.

Fin de la cita
de un eunuco que se siente fértil como el río Ebro
y a lo sumo
solo lo quieren los cuervos
que lo manejan como a una marioneta
para que aguante un cierto tiempo.

A Tanger todo llega
hasta los estruendos de quienes duermen pensando en el próximo duelo.

             IV
Tanger no es puerta de entrada
ni de salida
hacia donde sopla el viento.

Tanger es el paraíso
con sus muchos muertos de todos los tiempos
recorriendo la ciudad
en la que se sintieron
libres como el sol saliendo entre las nubes con sus aguaceros.

Una historia mal escrita
es para ella, Tanger, el peor de sus tormentos
por eso ella
la ciudad con sus sentimientos
acoge a desterrados y hambrientos
buscadores de tesoros y enterradores de pobres versos.

A Tanger no le falta
nada que no sea lo que de ella quieren las gaviotas que surcan los cielos.

Amor a lo cotidiano,
en ella me siento
 el niño que fui en España
tierras adentro
cuando soplaban los vientos
y el calor llenaba de silencios
el alma de los campesinos cuando regresaban hambrientos
por caminos polvorientos
y se veían los primeros los corrales de Pinarejo, su pueblo y el mío en concreto.

                      V 
No es la ciudad la que te espera
¡eso es un cuento!
eres tu el que vas hacia ella
trotando y de pie derecho.

Café de la Jafita
tan lleno de recuerdos
para los que viven y para los que ya murieron
a esas horas en que la Medina
todavía esconde sus blancos colores que destellan en el cielo
y a esas horas mágicas
en que un escritor se alza
sobre la tumba que construye en el paraíso que brota en su entendimiento

Alcazaba de cañones,
ahora monumentos,
vigilan,
por si acaso
alguien intenta
con su acero
fundir en vino
sus viejos recuerdos.

              VI 
El secreto es una palabra
sin más que decir de ello.

El secreto es viajar
sin saber donde tu periplo se acaba
ni cuanto tardarás en ello.

En Tanger los secretos
no son nada
que no se lea en los pensamientos

Ficción
o tal vez cuento,
¡nada de ello!
pues la ciudad existe
con sus calles, zocos, mezquita y alcazaba pinchada en el cielo.

Ficción me suena
a palabra pronunciada con desprecio
por quienes tapan
lo que son
o lo que fueron
en mitad de un universo
de libertades alargadas que se respiran a pulmón abierto.

              VII
Golondrina sin rumbo
el día pone dentro de  un cerco.

Golondrina que no para
sobre el cielo
surcando los espacios
y huyendo de todo aquello
que dos enamorados trasmiten en un beso.

Nido de golondrina
colgando de un alero
hecho con barro y paja
para cuando llegue el momento
de ser madre y criar a sus poyuelos.

Cría la golondrina
y mira el cielo
pues no quiere ser como los braceros
que siegan los trigos
y comen pan de centeno.

Esclavas sin ataduras
las argollas las llevan dentro
por eso vuelan entre mares y océanos
a la espera de ojos tiernos
en los que poder leer
ha llegado el momento
de que construyas tu nido sobre ese alero.

Inocentes las golondrinas
creen en los buenos sentimientos
de los hombres y mujeres
sin saber si son malos o buenos.

     VIII
Fue de espaldas,
fue eso
títere sin saberlo.

Vivió mirando por una ventana
de puertas hacia adentro
y desde allí vio
sus ojos no eran de cemento
el transitar de las gentes
y con ello
lo que a el  parecía que eran los destinos de un pueblo.

“El secreto de Tanger”
fue para Bowles su credo
y con ello se despidió
por fuera y por dentro.

Tanto amor
derramado entre páginas
me parece un encierro
para aquellos que leen sin haber antes paseado sus recuerdos
por esos lugares donde la tinta se muestra azul como el color del cielo.

                IX
Decante Tanger, decadente España,
decadente el universo.

Las ciudades decadentes también reciben aguaceros
y aunque en ellas no brille el oro
ni la plata de las minas
que existen en los subsuelos
las ciudades decadentes
saben a besos húmedos como si chuparas un caramelo,
y a humo que sale por  las chimeneas
cuando llegan los inviernos
y buscan cobijo en el cielo.

Decadente la ciudad
no avanza
al tiempo que se siente un retroceso
por eso sus casas
y jardines donde se oyen los trinos serenos
tienen ese encanto
que les falta por ausencia de celo
a las urbes modernas
con sus altos rascacielos.

           X
En la terraza de un bar
alguien medita sobre un hecho concreto
como sabiéndose
el rey del momento.
y apóstol sin serlo
de un reino
donde no hay nazarenos

En la plaza
de un lugar perdido en el tiempo
medita un viejo
mientras dos mujeres sumidas en el olvido que se cuece en los lugares pequeños
dan la espalda a este verso.

Plaza sin música
ni palabras por el cielo huyendo
lame el silencio
las piedras del suelo.

Ser
solo eso
lo que tu quieres ser
y si en ello
el ser se pone terco
darle al ser al igual que a tus sentimientos
buenos alimentos.

             XI
Trepa la parra sin hojas
y sin frutos
busca el cielo
como queriendo decir
¡quien hará con mis granos vino fresco!

Trepa la parra
por un poste de madera
que mece el viento
y ya sus hojas convertidas en sombra sobre el suelo
se deja llevar
y ofrece sus sarmientos
para que ardan en la chimenea
como si el diablo viviera en sus adentros.

Si Bowles odiaba a Tanger
bebe amigo ahora que estas a tiempo
pues el odio de los hombres
nunca es bueno y si se nace odiando
se vive con el odio navegando por los paraísos internos de un cuerpo muerto.

“El recluso de Tanger”
es como un lamento por haber sido en la ciudad
que odiaba por dentro
el guardián de una celda con no más barrotes que los que el construía con tinta, papel y mucho entretenimiento.

       XII
 Atino a ver
sobre una fotografía
afilada nariz
y avispada vista perdida sin rumbo para navegar en una tarde perdida
en que todo se detiene
y sin prisas
un hombre sentado respira
los olores que desde siempre le llegan
y a los cuales nunca
ha prestado importancia por formar estos parte de su vida y tormentos.

Aquí en Tanger todavía se adivina
un cierto aire marcial
cuando los estruendos de los aviones reducen a cenizas
los cielos limpios
de una ciudad reconocida por sus tipografías y sellos.

         XIII
Es su seno materno
una pequeña geografía
de montes y ríos,
ciudades y villas
con matices diferentes
que dejaron como poso de vino en la tierra su huella profunda y anhelos.

Madre es Tanger
y por ello cría
a sus hijos e hijas
dentro de unos confines
que algunos pintan
como si fuera la ciudad perdida en mitad de un desierto

Llegan y se van los extranjeros
de esta ciudad hundida
en el Medievo.

Sin más que se diga
son gentes de diferente lugares
todos ellos parecidos en lo concreto 
a barcos a la deriva necesitados de buenos vientos
que cuando fondean en esas calas de rocas como ásperos pellejos
es para toda la vida sin quererlo

               XIV
Me despido entre recuerdos
de todo aquello que vi
y de lo que no viendo
presiento tan cerca que duermo con ello.

Sumergido en la lectura
de un libro venido a nacer entre brotes de calma 
en mitad de un agosto de veraneo
dejo Tanger entre las páginas de un diario que guardo
en la caja fuerte de mis recuerdos
y me voy de paseo
por esta Cullera de cuerpo entero
con su montaña, río mar y embarcadero
donde los días pasan lentos
a ritmo de descanso y de centrar el pensamiento
solo en que el mes de agosto acabe con buen tiempo.

Nada cambia en estos lugares
donde la crisis suena a cuento
y aunque en Tanger los días eran azules y blancos dependiendo de la corriente del Golfo y de los vientos
aquí en Cullera
ya subiendo en pos de un castillo
rehecho, casi nuevo,
vuelvo a ser el de siempre con barba de dos días y canoso el pelo.

Cullera a mis pies
con su paseo convertido en zoco donde se compra desde un abanico a un reloj del tiempo.

Cullera y Tanger
juntos como si estos dos pueblos
lejanos en distancia y cercanos en mi entendimiento 
fueran algo más que unos lugares donde veranear sin más que decir por el momento.

Autor: José Vte. Navarro Rubio 
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