miércoles, 23 de abril de 2014

POESÍA: EN UN DÍA DE PUENTE

 

No tenía título la entrada
pues temblaban las palabras
al paso de una banda de cornetas
que han dejado en el aire señalados toques y más toques
que hasta a los tábanos espantan.

Es así como avanza la mañana
con la prensa a punto de leer
y como no debería faltar nada
con un calor incipiente que me anima a refrescarme con zumo de naranja.

Ya casi todo hecho
en este día de Puente de mangas anchas,
uno que hoy se sienta
a la puerta de su casa
para ver lo que pasa
se encuentra con que todo es igual y nada cambia
aunque en un calendario el viernes venga recogido como casi final de la semana.

Lo de siempre tenemos en esta mañana
y si algo en todo esto faltaba
en el horizonte se avecina
entre calmas
unas elecciones europeas
para una Europa
a punta de lanza
que en su Norte tiene
a ciertas tribus bárbaras
desde los tiempos de Ataulfo dando la lata.

Vayamos por partes
y que no se nos olvide nada,
ni la falta de empleo,
ni los desmanes de la banca,
ni las políticas arrasando con los estados de bienestar conquistados casi por la fuerza de las armas.

Hablo para que me entiendan de España
y por consiguiente de esa Europa
dominada por la apisonadora alemana
que se las ha ingeniado
para conquistar hasta nuestras casas
y someternos a su tiranía endogámica
sin necesidad de tirar un tiro ni de sellar más alianzas
que la que no sean soltarle mediante acuerdos las pasta,
esa que parecía que nos regalaba.

Caímos como Sansón en la trampa
y ahora solo nos falta
una columna bien alta
para derribar el templo donde los mercaderes juegan cuando les interesa con España.

Autor: José Vicente Navarro Rubio

POESÍA: TOLEDO UN RETO EN LA MENTE

 

En Toledo
y por ser de acero el sable
no hay batalla que no comenzara rezando los vencidos y los vencededores

En Toledo
madre de los buenos filos como el esmalte,
banquetes y pintores galantes.

En Toledo
ciudad cogida por una muralla
que le hace de madre.

En Toledo
con su judería
y barrio de mozárabes
y todo el tiempo del mundo
para disfrutar de sus encantadores paisajes.

En Toledo
y por las bravas
como si ella la ciudad
fuera un toro
y yo Manolete
pegándole un pase.

En Toledo
me siento
como en mi casa
y si a alguien
esto le parece de poco valientes
les invito a que vengan
y conmigo se vaya de parranda
por hostales, tabernas y bares
hasta que el cuerpo reviente
o aguante
lo que le caiga encima
ya sea agua, vino o un buen potaje

Autor: José Vicente Navarro Rubio

POESÍA: A TOLEDO VOY PARA SER COMUNERO MIENTRAS EL CUERPO AGUANTE

 

Toledo la ciudad que no duerme
a la espera siempre
de que le llegue
como la primavera lo hace
el color de los trigos verdes
y el rumor de las aguas crecientes
de eso río, casi serpiente,
que la ciñe de su cintura
y la invita a bailar por las noches.
En una plaza,
no se su nombre,
en una taberna no recuerdo si el vino era blanco, tinto o clarete,
en una iglesia de curas, devotas y en las paredes ángeles,
en una catedral casi sastrería
por aquello de tener colgados sus trajes,
uno que viene
a ver  lo que en Toledo acontece
se encuentra
a la una de la noche
casi a punto de ser Comunero
y sacar su sable
en defensa de estas tierras
ultrajadas por impresentables hombres
llegados por aluviones
desde los confines peninsulares
para rendir pleitesía
a un Emperador pelele y detestable
y con esto
y sin nada más que anotar
por esta noche, tan tirante,
me voy con buenos vientos  de levante
camino de Cullera, playa, río y monte,
donde pernoctaré  en cómodo catre
a falta de nuevos alicientes.

Autor: José Vicente Navarro Rubio

martes, 22 de abril de 2014

CRONICA DE LA MUERTE DEL TORERO JOSE RODRIGUEZ (PEPETE) el 20 de abril de 1862


 
 
Boletín de loterías y de toros (Madrid). 22/4/1862, n.º 582, página 1 a 3:

La corrida fué regular, sobresaliendo de los toros de Miura el primero, y de los de Salido el último. Murieron doce caballos, siendo bueno el servicio. La entrada fué un lleno completo.
El disgusto que nos produjo antes de ayer la desgraciada muerte del espada Pepete, del que también participó la concurrencia hasta el extremo de salirse muchos de la plaza, y la consternación consiguíente de la cuadrilla toda, excepto Cayetano, a quien ni los lidiadores ni el público dijeron una palabra hasta que mató el quinto toro, nos imponen el deber de suprimir el resumen, y en su lugar
explicaremos detalladamente la cogida del bravo espada. José Rodríguez (Pepete), natural de la ciudad de Córdoba, de estado casado, pero sin hijos, ha dejado de existir á la edad de 36 años.
Serían mas de las cinco de la tarde del día 20 de abril de 1802, cuando salió de los chiqueros un toro de don Antonio Miura, llamalo Jocinero, que fué el segundo de la media corrida extraordinaria con que se inauguró la temporada do toros en Madrid. Las condiciones del bicho ya las hemos manifestado en la descripción de la corrida, y solo referiremos, que a poco de presentarse en el redondel, se dirigió hacia Pepete, quien lo corrió, saltando al callejon de la barrera por debajo de la puerta fingida y frente al tendido núm. 13 dejando un poco de capa colgada en la barrera, á cuyo engaño le dio el toro varios derrotes instantáneos; pero que el espada no vio porque le hablaron algunos aficionados del citado tendido. El bicho se fué hacía los centros de la plaza, y después se paró en los tercios frente al tendido núm. 14. á donde fue a buscarlo el picador Antonio Calderón, á cuyo caballo acometió y empezó á suspender, tirándole por ultímo y cebándose en él, quedando descubierto Calderón. Pepete, que seguía contestando á los del indicado tendido vuelve de pronto la cara, y vé expuesto á su picador y corre á librarle por el terreno de afuera, llevando on el brazo izquierdo el capote, sin duda para dar un resorte al bicho sí le acometía antes de llegar á hacer el quite. El codicioso toro, según nuestra opinión, vio al diestro correr cuando se dirigía por encima de donde se hallaba el cornupeto, sin tener en cuenta en aquel momento la salida natural del toro ni las reglas de la tauromaquia, y si solo el buen deseo de evitar una desgracia, y le salió al encuentro con una salida impetuosa y cortando el terreno, puesto que el espada empezaba  á formar una curva hacia el caballo, y lo cogió, a pesar de hacer uso, en lo que pudo del capote, que como hemos dicho llevaba enrollado en el brazo izquierdo y le dio un puntanzo insignificante con el cuerno derecho, junto á la cadera derecha, y se lo echó en la cuna, en cuyo acto se agarró; de un cuerno el diestro; mas instantáneamente se lo pasó al cuerno izquierdo, y le infirió otro puntazo en la tetilla izquierda, que resbaló por dar en una costilla y de seguida le dio una gran cornada con el mismo cuerno izquierdo por debajo de la dicha telilla izquierda, destrozándole el pulmón y el corazón, y despidiéndole al suelo. El espada Pepete se levanta con algún trabajo  y se lleva la mano derecha á la cara como para limpiarse el sudor ó quitarse la arena, y en el momento dirige la misma mano hacia el corazón, dando  unos diez ó doce pasos, hasta llegar á la puerta de Madrid o de Alguaciles, donde cayó ya casi muerto, arrojando mucha sangre por la herida y causándose una pequeña en la frente á causa del golpe contra la puerta. Fué conducido inmediatamente á la enfermería, donde se le dio la Extremaución por el señor teniente de cura de San José, y expiró al hacerle la curación. La faja que llevaba Pepete fué hecha pedazos para reconocerle mas pronto, y sus aficionados se guardaron los trozos para memoria del difunto, que fue conducido al Hospital  General de orden
del señor teniente de alcalde que presidia la corrida.
El espada José Rodriguez (Pepete), sufrió la cogida á las cinco y siete minutos, y murió á las cinco y diez minutos de la tarde del mismo dia ¡Dios le dé eterno descanso!
Hemos dicho que según nuestra opinión, el toro vio al diestro, porque según la de otros aficionados, el bicho salió del caballo para dirigirse al centro  de la plaza, y se encontró con Pepete, y la de algunos que ni espada ni el cornuoeto so vieron hasta que se encontraron.
'osé Rodríguez (Pepete) llevaba traje amaranto y oro.
El parte que dio el facultativo de guardia, es el siguiente:
«El profesor de cirujía, encargado do esta enfermería, da parte a la empresa de la plaza de toros, de que el espada José Rodriguez (Pepete) ha fallecido en el acto de hacerlo la curación de la herida penetrante que ha recibido en la región mamaría izquierda, en la función de esta tarde, Madrid 20 de abril de 1862.—Doctor José María González Aginaga.
La primera corrida de abono anunciada para el 24 del corriente se suspendió hasta nuevo aviso.

A LA MUERTE DE JOSÉ RODRÍGUEZ (PEPETE)
       ALEGORÍA
 Pepe-Hillo murió; cabé su fosa,
gigantesco laurel brotó altanero,
unas hojas robóle el chiclanero,
de otras Montes ciñó la sien gloriosa.
No por eso su pompa magestuosa
perdió el laurel y con amor sincero,
dulce arrimo prestaba al sombrerero,
a Yust y Juan León paz deleitosa..
 Un dia quiso Dios en su profundo '
inescrutable juicio, que la famal
no dejase á Pepe-Hillo sin segundo (1),
Llamó á José Rodríguez y hoy le aclama
en su sepulcro con dolor el mundo,
que del árbol aquel cubre una rama:'

(l); José Rodrlguez (Pepete) es el segundo matador de toros muerto dentro de la plaza de Madrid; el primero lo fue José Delgado Hillo, el 11 de mayo do 1801. Antonio Remoro lo fué en la de Granada,
el 5 de mayo do 1802, y Francisco H. Guillen, en. Rueda el 20 de mayo de 1820

RECOPILACIÓN RELIZADA POR JOSÉ VICENTE NAVARRO RUBIO

PEDRO DE ORELLANA: OBRA LITERARIA Y SU PASO DURANTE EL SIGLO XVI POR EL CASTILLO DE GARCIMUÑOZ, CUENCA


Según Manuel de León, La pasión libresca del maestro Orellana se concretó en las muchas horas ocupadas en leer, según él mismo confesó por carta a Juan de la Torre, hijo de un antiguo alcaide de la cárcel: “En todos estos días no e hecho otra cosa sino leer por no començar obra nueva hasta acabar el Cançionero de la Madre de Dios”.
21 DE JULIO DE 2009
Además del breviario donde rezaba, que se encontró en su celda en una de las visitas, fray Pedro de Orellana leyó, al menos, “algunos libros de teología”, en concreto las  Obras  de San Bernardo y  Sacri canonis Missae expositio  de Gabriel Biel, obra de la que existían varias ediciones entre ellas una impresa en Toledo en 1514 por Juan de Villaquirán; el  Libro de medicina, llamado Tesoro de Pobres  de Arnaldo de Vilanova, de donde tomó préstamos para componer el  Libro de afeytes  que dedicó a su enamorada Ana Yañez; “un  Ovidio  en romançe”, quien sabe, como apunta Jiménez Monteserín, si una versión manuscrita del propio Orellana ya que la primera traducción al castellano de dicho autor apareció en 1551; la  Visión delectable de philosophia e de otras sçencias  deAlfonso de la Torre; la  Passio duorum  de Francisco Sánchez del Campo; “otro libro que le llama peregrino, escripto de su letra del dicho soldado”, seguramente copia manuscrita de la  Historia nuevamente hecha de los honestos amores que un caballero llamado Peregrino tuvo con una dama llamada Ginebra  (Sevilla, Jacobo Cromberger, 1503); unas  Etimologías  de San Isidoro; y un ejemplar del  De civitate Dei de San Agustín.

Entre las obras que le llevaron para que las versificara se mencionan los “Césares de Mexía”, esto es, la  Historia Imperial y Cesárea, en la qual en suma se contienen las vidas y hechos de todos los Césares emperadores de Roma desde Julio César hasta el emperador Maximiliano  de Pedro Mexía (Sevilla, Juan de Leo, 1545); el  Libro de Job  y diversas crónicas: la  Crónica general de España  del maestro Florián de Ocampo; la «Valeriana» ,  sin duda  La crónica de España  de Mosén Diego Varela; y la “Troyana”, a buen seguro alguna de las traducciones castellanas en circulación de la  Historia destructionis Troiae  de Guido delle Colonne.

 Un puesto distinto lo ocupaban las coplas, farsas, textos religiosos y obras varias que compuso en prisión, unas abreviadas o extraídas de sus lecturas y otras más inventivas para regocijo de sus lectores:

“Preguntado qué libros ha fecho y compuesto después que está en las cárçeles, dixo que ha fecho un  Cançionero general  y un libro que se llama  El cavallero de la fee  y otro que se llama Çelestina la graduada , todo de filosofía, y otro sobre los  Evangelios y epístolas  e unos que se cantan en la iglesia en todo el año y ha escripto sobre el  testamento viejo y nuevo  y fecho tres sermonarios, un santoral e un dominical y otra  Çelestina  qu´está en metro e ynfinitas farsas y el  Salterio  en metro y otras muchas cosa”. Así pues el maestro Pedro de Orellana, cuyo oficio estuvo caracterizado por una continua apropiación y recreación de lo leído, supo expresar por una interacción constante entre la escritura y la lectura, de nuevo, los rasgos definidores del leer erudito”.(1)

 Pero aún hemos de añadir a la vida de Orellana, la manera de evasión tras el encerramiento inquisitorial, a través de la poesía lirica.  Su “ Endechas para mi señora Ana Yáñez ” (1550) es la expresión del canto en medio de la tribulación.

Tanto el canónigo Alonso Mendoza como el maestro Orellana fueron, qué duda cabe, dos presos excepcionalmente privilegiados que pudieron dar cauce a su pasión lecto-escritora merced a la tolerancia y connivencia de determinados oficiales inquisitoriales. Al lado de los alcaides, responsables directos de muchas de esas posibilidades, también debe recordarse el papel similar desempeñado por otros presos, en particular por aquellos que tuvieron encomendada alguna tarea de vigilancia.” (Castillo Gómez, 2006, pág. 144).

 Es probable que fuese natural de Orellana la Vieja, aunque algunos dicen que nació en Trujillo por 1496. Moriría en las cárceles de Cuenca en 1561. El maestro Orellana había estudiado Artes, pero no Teología.  Las gentes de Cuenca siempre prefirieron llamarle “Soldado”. Su manera de evadir la realidad del encerramiento inquisitorial fue a través de la poesía lírica. ¿Se había enamorado de su prima Ana Yáñez? ¿Quién era esta secreta Ana Yáñez a la que dedicó “ Endechas para mi señora Ana Yáñez ” (1550). Era la expresión del canto en medio de la tribulación. La Inquisición había decretado que fuese “ynmurado en una cárcel perpetua por graves delitos que ha cometido para que no pueda comunicar con ninguna persona”. Orellana había reconocido su poca habilidad con las palabras y su exceso de celo en materia de religión. Decía muchas veces: “Yo he hecho algunas cosas de hombre y otras de loco, porque lo he estado por ser colérico e ympetuoso”.

 Orellana, el minorita luterano, no fue solo un expositor bíblico, ni un filósofo, ni un novelista, que de todo lo fue con dignidad y ciencia. Sobre todo fue un gran poeta.  La lírica del siglo XVI tenía en sus versos esmaltes de un aliento gozoso. Tenía sus admiradores como Alonso González, tonsurado de 21 años que tantas veces recogió las cartas que por las noches descolgaba Orellana para sus admiradores. Sus hermanas y su prima Ana Yáñez se ufanaban de poseer versos de Orellana. Un verdadero clan de admiradoras conocían las canciones que no podían apresar las cadenas ni los cerrojos de las temidas celdas de la Inquisición. ¿Cómo podía escribir aquella riada de farsas, coplas de burlas y cantares que manaban de su pluma? Sus sermones, sus epístolas novelescas y sus comentarios bíblicos podían disimular mejor sus prisiones, pero Orellana se reía de si mismo y lo hacía con belleza. Había confesado, en 1545, que escribía versos “para contraminar los pensamientos de la soledad que son muy duros”. Uno de sus biógrafos dice que “le atraen más sus aventuras y desventuras que las poesías del fraile minorita, patético y bellaco”. Sin embargo los laureles se colocan en las sienes del gran poeta y en la palma del martirio.



 1)  Pasiones solitarias -Lectores y lecturas en las cárceles inquisitoriales del Siglo de Oro  -Antonio Castillo Gómez Universidad de Alcalá – SIECE Revista de Estudos Ibéricos | n.º 3 | 2006: 139-15

José Vicente Navarro Rubio :

En el siglo XVI pasó Pedro de Orellana por el Castillo de Garcimuñoz, Cuenca,  y predicó en él unos 15 sermones y no perdió el tiempo mientras vivió en él alojado en casa de una devota dueña llamada Luisa de Salazar, dedicado a la edificación de otras cuantas mujeres a las que tan pasionadas siempre hizo que más tarde pensó en emplear su testimonio como descargo durante su primer proceso inquisistorial

Hacia el año 150 y antes de volver a partir hacia Toledo se vovió a detener unos días  junto a su grupo de devotas. 

ROMANCE NUEVO DE JOSE VICENTE NAVARRO RUBIO AL TORERO PEPETE

 

Fue en la Plaza de toros de Madrid
un 20 de abril
como si las rosas se abrieran
y él estuviera allí
para regar con su sangre aquel jardín.

Dicen que la reina no se entera
y por eso le manda repetir
a lo que Pepete dice
si lo hago me vendré a morir
pues entre reyes y reinas
anda el juego del toreo y del parchis
y yo estoy aquí
de cuerpo entero para resistir
el embite del toro
y el mandato que pondrá fin
a mi vida de torero
no rayando la edad de decir
adios al toreo
y que otros vengan a padecer lo que yo padecí.

A pesar de todo,
que suerte la de ese mes de abril,
en que todavía manda Pepete, Damaso para mas decir,
sobre su vida y muerte
por mucho que la reina le pida con sorna resistir. 

-¡Ay que me lo temía!
grita la mujer de Pepete ,
-todavía en su casa con mandil,
mientras el pollo que despluma
se le cae de los brazos
y viene a morir
entre lloros de unos
y maldiciones que no son buenas de repetir.

En la Plaza de toros  de Madrid,
de negro el cielo
como si fuera un lamparón todo grís,
Pepete cae al suelo
herido por Jocinero, miura de mal parir,
y el silencio desciende sin fin
sobre la plaza y los tendidos
mientras la reina masculla me las temía venir.

-Es argo doctor-
vine Pepete a repetir,
delante del doctor Aguinaga
que no sabe lo que decir.

 De duelo Madrid
el torero sale camino de Andalucia
vestida para ese fin
de un color tan cetril
que los olivos de Jaen muestran su envidia
antes de que la flor les venga a salir.

Pollo y reina,
toro y mandil,
mujer y entendidos
que pobre espectaculo para una muerte tan viril.

Autor: José Vicente Navarro Rubio

JOSÉ DÁMASO RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ “PEPETE"



EL TORERO PETETE
Torero cordobés que nace en el Barrio del Matadero, el día 11 de diciembre de 1824. Murió en Madrid el 20 de abril de 1862. Era tío-abuelo de Manolete. Comenzó como subalterno en las cuadrillas de Antonio Luque Camará y José Redondo “El Chiclanero”. Era alto y desgarbado. Fue un torero valiente(“tuvo un valor lindante con la temeridad”) y gozaba de la simpatía de los aficionados, que decían que era “carne de toro” por estar a merced de los astados. Tenía muchas cogidas. Competía con los toreros El Tato y Desperdicios. Permaneció varios años en buenos puestos del escalafón.
Tomo la alternativa en Sevilla el 12 de agoto de 1850, por su tío Antonio Luque Camará y J. Lucas Blanco y fue un torero famoso de la segunda mitad del Siglo XIX. Fue confirmado tres años después, en Madrid. llegando a tener en su cuadrilla a futuras grandes figuras del toreo como Rafael Molina “Lagartijo”. Se casó muy joven con Rafaela Bejarano, que era de familia de toreros.


EL LAGARTIJO
El día 20 de abril de 1862, en el segundo toro de la tarde “Jocinero”,(  un berrendo en negro alunarado botinero y capirote y de cuerna corta que abrió el mito trágico de los mihura”) derribó al picador Antonio Calderón, en la suerte de varas. Pepete salto de inmediato la barrera para hacerle el quite al varilarguero y quitarlo del caballo. Sin embargo, el toro empitonó a Pepete en el corazón. El torero tuvo fortaleza para levantarse y llegar a la barrera y ser asistido de inmediato. De hecho, arribó cadáver a la enfermería, y alcanzó a susurrar algunas palabras antes del desenlace fatal: “cuando estaba en los últimos momentos de su vida, le pregunta a los doctores “¿Que, ha sío argo?”.
Cuenta la leyenda una versión ligeramente diferente: herido en el pecho por un mihura, según cuentan al repetir la suerte de la garrocha, puesto que la Reina no la había visto bien; murió instantes después en la enfermería de la plaza.
“Pepete” salió a la plaza
como un torero valiente;
por salvar a un picador
el toro le dio la muerte
Cuenta también la historia que cuando el novelista francés Alejandro Dumas visitó Córdoba, Pepete actuó como guía en una excursión por la Sierra Morena.


PINTURA DE RODOLFO ÁLVAREZ. “PEPETE, MUERTE DEL TORERO
Por José María Gómez Gómez


 ROMANCES RECOPILADOS POR JOSE VICENTE NAVARRO RUBIO:


El día mas desgraciado (bis)
el día 20 de abril,
el toro mató a Pepete (bis)
en la plaza de Madrid.
Pepete hizo una faena, (bis)
la Reina no lo vio bien
y dijo que se repita, (bis)
que se repita otra vez.
La suerte no se repite, (bis)
el toro me va a matar.
Si te mata que te mate, (bis)
en público morirás.
Entonces salió el toro (bis)
con unas astas de fiera,
prendiole al pobre Pepete (bis)
y le dio contra la barrera.
Y a la mujer de Pepete, (bis)
que estaba pelando un gallo,
le ha venido la noticia (bis)
que a Pepete lo han matado.
Ya lo llevan, ya lo llevan, (bis)
ya lo llevan a enterrar,
y encima'la caja lleva (bis)
la capa de torear
Por las calles de Madrid (bis)
toda la gente lloraba
al ver al pobre Pepete (bis)
que entre cuatro lo llevaban


 


 



SOBRE IGNACIO GARCIA MALO ESCRITOR DEL CASTILLO DE GARCIMUÑOZ, CUENCA, ARTÍCULO DE GUILLERMO CARNERO

La novela española del siglo XVIll: Estado de la cuestión (1985-1995) Guillermo Carnero universidad de Alicante

Al editar la obra narrativa de Ignacio García Malo, mi primera ocupación  ha sido construir su biografía. Gracias al expediente de concesión, en 1800, de  la orden de Carlos III, he localizado su partida de bautismo en el Archivo  Diocesano de Cuenca, y sabemos que nació en Castillo de
Garci Muñoz en  1760. El Archivo de Secretaría de la Biblioteca Nacional de Madrid conserva  su expediente de empleado de la Real Biblioteca entre 1789 y 1798. Entre 1794  y 1806 fue secretario de la Real Capilla y del Vicariato General Castrense, y en 1809 oficial segundo (Quintana era el primero) de la secretaría de la Junta Central. Disuelta ésta en 1810, pasó García Malo a desempeñar la intendencia
del ejército de Baleares hasta su muerte en 1812, tal como puede documentarse en el Archivo Histórico de Baleares. En el Diocesano de Palma he localizado su partida de defunción, y su expedientetestamentario en el de Protocolos de la  misma ciudad.

Sigue mi estudio preliminar tratando de la obra política de García Malo, de  su relevancia como traductor (de Pamela de Richardson y de la Ilíada), de su teatro (la tragedia neoclásica Doña María Pacheco, la tragedia burguesa Guillermo de Hanau, una ópera) y de su producción novelística, la colección titulada Voz de la Naturaleza.

Consta ésta, en su estado último de 1803 (3a edición) de 12 novelas, de las que publico las 8 que me han parecido de mayor interés, dentro de un ámbito temático que incluye la libre elección de estado y cónyuge, la acertada o equivocada administración de la virtud femenina, la casuística moral y mental de la pasión amorosa y la excelencia de la beneficencia ilustrada.En  cuanto a las fuentes de inspiración de García Malo creo haber identificado como tales Pamela, II re pastore de Metastasio, Contes moraux de Marmontel, Adela y Teodoro de Mme. de Genlis, El Evangelio en triunfo de Olavide, Émile de Rousseau y otras.



Sobre la Pamela de Ignacio GARCÍA MALO puede verse mi artículo de 1995 d, y mi estudio preliminar a García Malo 1995. El de MARTÍNEZ  COLOMER 1985, para el Rene de este autor.


gar.

MUSICA TRADICIONAL: GERINELDO (CASTILLO DE GARCIMUÑOZ EN CUENCA

Versión de Castillo de Garcimuñoz (ay. Castillo de Garcimuñoz, p.j. San Clemente, Cuenca, España).   Recitada por María Fernández Saiz, "la de los pasillos" (66a en 1992). Recogida por Gabriel Alarcón Hortelano, antes de 1992. (Colec.: Alarcón Hortelano, G.). Publicada en Alajú 2013 /CD, "Quince romances y una canción de siega" (D.L. CU 198 - 2013), corte 13. (Interpretación musical del grupo Alajú).  074 hemist.  Música registrada





Notas: Los vv. 18-19 van invertidos. -25ab solución de la que parece olvidarse el rey a continuación. La versión ha sido cedida amablemente por Gabriel Alarcón Hortelano, director y miembro del grupo de música folk Alajú, fundado por él en 1983 con el objetivo de difundir y preservar la música tradicional de la provincia de Cuenca. Una interpretación musical de esta versión va incluida en su nuevo CD "Quince romances y una canción de siega" (D.L. CU 198 - 2013), en que, como siempre, han respetado escrupulosamente la letra y la melodía original, si bien el arreglo instrumental es suyo. Para más información sobre el grupo y sus actividades, véase "www.alaju.es/". {EP|}

    Gerineldo, Gerineldo, Gerineldito pulido
  2  ¡quien te pescara en mis brazos    tres horas a mi albedrío!
    --Como soy vuestro criado,    señora, burláis conmigo.
  4  --No me burlo, Gerineldo,    que de veras te lo digo.
    --¿A que hora o a que noche    se cumple lo prometido?
  6  --Entre las doce y la una    cuando el rey esté dormido.--
    Dio tres vueltas al palacio    y otras tantas al castillo,
  8  y ya que no vido a nadie,    al cuarto la infanta ha ido.
    --¡Traición, traición al palacio!    ¿quién ha sido el atrevido?
  10  --Soy tu amante Gerineldo,    que viene a lo prometido.--
    Lo ha agarrado de la mano    y en la cama lo ha metido;
  12  se pusieron a jugar    como si fueran dos niños.
    A las seis de la mañana    ya se quedaron dormidos.
  14  Llama el rey a Gerineldo    que le lleve los vestidos.
    Unos dicen "No está aquí",    otros dicen "no ha salido";
  16  el rey que estaba en sospecha    al cuarto la infanta ha ido.
    Los ha cogido durmiendo    como mujer y marido.
  18  Se ha sentado en el jardín    a la vera del camino;
    pone la espada en el medio    pa que sirva de testigo.
  20  --¿De ande vienes Gerineldo    tan triste y descolorido?
    --Vengo del jardín mi rey    de coger flores y lirios.
  22  --Mientes, mientes, Gerineldo,    que con la infanta has dormido.
    --Pues máteme usted, mi rey,    si delito he cometido.
  24  --No te mato Gerineldo,    que con la infanta has dormido;
    te pondremos casa aparte    como a mujer y marido.--
  26  Lo desterró del palacio    y lo echó fuera de allí;
    al ver cómo él se marchaba    la infanta sintió morir.
  28  Yendo días y viniendo,    su padre vino a alentar:
    --Hija ¿cómo no te casas?    --Padre no me induce tal.
  30  Si me diera usted permiso    para salir a buscar
    a mi amante Gerineldo    que trabajando estará.
  32  Yo me arrodillo a tus pies    y te pediré perdón;
    no me faltó Gerineldo,    la que le falté fui yo,
  34  porque siempre ma ha paecí`o    que la riqueza más grande=
    es la de dar con un hombre    trabajador y galante.
  36  --Irás bien acompañada,    la escolta te llevará,
    podrá venir Gerineldo    que contigo casará.--

POESIAS: LAS VALLAS Y LOS FINALES DE LOS SUEÑOS

 

Hoy me ha dado
por comerme al mundo entero
por eso he desayunado
con miradas al cielo,
café con leche
y galletas doradas
en las calderas del infierno.
Con este equipaje sobre el cuerpo
que a otros les parecerá muy ligero
me he ido
entre soles y calores
que corren ya por mi cuerpo
en busca de desaciertos
y los he hallado,
con olfato de arqueólogo
que me he hecho
en eso de desenterrar muertos,
en las páginas de un diario
que leo.
Se habla de los emigrantes y buscadores de sueños
y de esos cementerios
que se abren a poco que excavemos en el subsuelo.
El Mar de los Sargazos
no tiene nada que ver
con ese avispero
de flujo de extranjeros
que buscan entrar en Europa,
para ellos,
 su gloria y su cielo,
hasta que para su desespero
ya los anuncios luminosos describiendo las glorias del capitalismo buhonero
surge la alta valla con sus cuchillas de acero
avisando de que allí se acabó su sueño.

Autor: José Vicente Navarro Rubio

POESÍA: MALA NOCHE PARA VELAR SIN MEDIDA

Hoy es noche que no acompaña.
Es noche de estar ella solita
con sus luceros y estrellas del alma
y caballitos del mar explorando las costas acantiladas
bajo la luz de la luna.
Tupidas las sombras
como cabelleras sedientas de brillantina
relame una lengua un bigote mientras hacia el cielo despunta envuelto en gomina.
Talento llega hasta esta librería
en la cual mato los ratos
a golpe seco de los dedos sobre las mismas teclas que me sirven de almohadilla.
Sale el talento
a golpe de palabras que entre las páginas de los libros se excitan
por ser las primeras en ser leídas.
Entre ellas se citan:
mesa,
silla,
ventana,
mujer,
jaula,
reloj,
misa,
hambre

Que quieren que les diga.
Sirven para decir entre otras cosas
las que a continuación se explican:

Sobre la mesa cubierta por encima
de un tapete blanco sobre el que descansa una vajilla
humea el caldo que a borbotones sale de una olla podrida.
Sin el menor ruido
se sitúan los comensales sobre las sillas
y ya todos dispuestos para dar buena cuenta de la comida
entra por la ventana de la que cuelga una jaula con una perdiz herida por la melancolía
La mujer mira el reloj
se hace la hora de ir a misa
a ello se debe el que todos coman con hambre y deprisa
a sabiendas de que el último quitará la mesa y apartará sobre la pared las sillas.

Autor: José Vicente Navarro Rubio
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