martes, 7 de octubre de 2014

POESIA: SALVEMOS A EXCALIBUR: TIENE DERECHO A UNA BUENA DEFENSA


No al sacrificio de Excalibur, el perro de la auxiliar de enfermería contagiada por el virus del Ébola.

Salvemos a Excalibur
de esa muerte cierta
que la justicia ciega
aplica con el rigor que le viene a cuenta
de convertir el amor
por él
de una pareja
en una tragedia.

Espada, rayo,
que no cesa,
liberada la venganza
de la piedra,
ex calce liberatus,
suena
su nombre
y golpea,
como espada centelleante,
su muerte,
sobre nuestras conciencias.

¿Quién pudiera
salvarte de ese destino que se cierne como una negra tormenta?
Tú que solo esperas
la vuelta
de tus amos,
que no llegan,
con la alegría en la cara y en las manos la caricia que suaviza tus carencias.

Suena
la solidaridad eterna.
Se cierne la tragedia
Y
 la mano que aprieta
Y
 el liquido que discurre por las arterias
Y
 la vista ya convertida en la oscuridad de una cueva
Y
 aquellos que mandan y dictan
sentados ante una mesa
al dictando escribiendo una mala esquela.

Preludio de ópera
a muerte que incomprensiblemente llega
entre puentes de vetustas piedras,
aguas limpias que reflejan nuestras miserias
y ausencias de caridad, que quedan,
tan hondas,
como un eco sin respuesta
en el fondo de ese pozo que es nuestra conciencia.

Autor: José Vicente Navarro Rubio

domingo, 5 de octubre de 2014

POESÍA: GARRAPATOS Y TINTA



Son tantas las hojas
que quedan todavía
por llenarse de garrapatos
y manchas de tinta
y es tanta la espera
y son tantas las preguntas
que me dejo ir
hacia ese momento del día
que me sirve de poema de apertura.
Solo recito
versos que tiro
a una alcantarilla
que se abre
allí donde nadie se imagina
que las aguas se convierten en sopa para las ratas nutritiva.
Solo los versos me animan
a hablar de esas palomas
que se acercan poseídas
por la constancia bendita
heredada a base de volver todos los días
al balcón en el cual se sienten libres
sin ayuda de más autoestima
que la constancia
y el ritmo personal que ellas le dan a la vida.

Autor: José Vicente Navarro Rubio

POESÍA: ES OTOÑO DE HACER PREGUNTAS



Sirve la hoja
de paracaídas
y en mi se columpia.
Del árbol caen
los excrementos que caga una paloma parisina
y la hoja
ella sola,
sin ayuda,
se llena
de más y más tinta,
como si el otoño
viniera,
el solo,
otoño de preguntas,
a llenar la vida
del tronco de ese árbol,
talado por su cintura,
que en bosque de la incultura
todavía por sus adentros respira.

Autor: José Vicente Navarro Rubio

POESÍA: EL GUERRERO FLAUTISTA



Cuando toda brota
con una elocuencia
que raya la metafísica
uno se siente heredero
de una cierta dosis de cultura
y marcha
como las aves viajan
hasta el estanque de su vida
hacia otros paraísos
no descubiertos todavía
para hacer en ellos
lo mismo que ya hacía.
la hora de la comida
como eje sujeto
al yugo de quien camina
con la barriga vacía.
El calor de un cuerpo
que te despide cada día.
La elocuencia, maldita,
que mete la pata hasta arriba
y te deja como barco a la deriva.
El sexo con la ayuda
de un guerrero flautista.
El sueño transformado
por un psicólogo altruista
en pesadilla.
En fin
todo a la deriva.

Autor: José Vicente Navarro Rubio

POESÍA: CADA INSTANTE QUE PASA


Cada instante que pasa,
cada instante que se queda,
el reloj se acerca
más y más
con una cierta dosis de locura
a su punto de partida.
No hay instrumento más absurdo
que ese
que en una pared nos avisa
del momento en que nos encontramos,
de lo que queda todavía
por llegar al instante justo
de la despedida
y de lo que pasaremos juntos
con las manos entretenidas
haciendo pajaritas
mientras mueren los días
y la vejez
con que se visten
los momentos buenos y malos de la vida
se vuelve herida
en su cotidiana sepultura.

POESÍA: ENTRE ALARIDOS Y GRITOS DE BATALLA



A ti podré decirte
lo que la mañana me trae
entre pañales.
Son recuerdos
que se sustentan
sobre pensamientos limpios
y preguntas cuajadas
como el queso de oveja
en un invierno de grandes nevadas.
La noche da solo de pasada
para que nos vayamos preguntando
por todas esas cosas
que a diario se destapan.
El aborto convertido en votos
que se marchan,
el paro como aliviadero
de una gran cascada
con aguas que en el llano se estancan,
la vejez de nuestros mayores
con pagas que se esfuman
cuando das la luz
y esta no se apaga,
las tarjetas de crédito destapas
cobijo de ladrones,
sinvergüenzas y gentes de mala calaña.
Hay noches tan largas
que hasta mi cama llegan
bombarderos y fragatas
con capitanes de ambas armas
lanzando alaridos
y llamando a batalla.
Se destapan en la noche
las horas
con olores a canela
que impregnan las sábanas,
como si el que entre ellas yace
no supiera que el reloj que le observa
con su alarma
solo quiere que te despiertes
a toque de diana.

Autor: José Vicente Navarro Rubio

sábado, 4 de octubre de 2014

POESÍA: RATO Y LA RATONERA



Suena la campana
para acudir
a los mejores restaurantes de Madrid
y sin más decir
llega una cohorte de sinvergüenzas
con tarjetas que no tienen fin
para comer y regar su cuerpo
con los mejores productos del país.

Se les nota en la cara
ese don que no se puede discutir
de pedir
todo lo que les viene en gana
y a sí servir
a su cuerpo sin más discutir.

Suena la campana
y el campanero
parece querer decir
no tarden en venir
pues el último que llegue
no se podrá servir
de lo que da de sí
esta tarjeta de plástico que parece oro  de las aguas del Sil.

Se les nota en la cara
que no vinieron al mundo para sufrir
otras desgracias que no sean
las que produce el ocio y el bienvivir.

Autor: José Vicente Navarro Rubio

POESÍA: LOS VAMPIROS DE CAJA MADRID VUELAN SOBRE MADRID



Me llevó un viento
a la ruina de mi ser
y desde entonces he dejado de creer
en las musarañas, duendes
y con todo aquello que tiene que ver
con el poder.
Mis vampiros
chupan sin ley
de cajeros que se dejan sorber
todo el oro de ley
que sus venas puede contener.
Llegan hasta los cajeros
esos vampiros del anochecer
acostumbrados a chupar y lamer
todo lo que tiene que ver
con sabrosas comidas y viajes de placer
a cuenta de las arcas del estado y a la vez del contribuyente en paro
al cual nadie quiere socorrer.
"Podemos" tal vez
relamernos, "Podemos" ser
"parte" y a la vez "juez"
pero lo que no "Podemos"
es dejarnos llevar por la candidez de quienes tejen nuestra mortaja a su placer.

Autor: José Vicente Navarro Rubio

jueves, 2 de octubre de 2014

POESÍA: NUEVA YORK ATERRIZA EN ESTA POESÍA



Ni la más mínima palabra ni la más mínima sílaba
Nueva York aterriza en esta poesía
como si fuera una isla en el océano perdida.
Un siglo por abajo o por arriba
ponen a Nueva York a la altura de esas ciudades
que por mucho que se miran encandilan.
Todo en Nueva York suscita envidias,
desde la estatua que mira
a quienes hasta la ciudad acuden atraídos por sus buenas vistas,
hasta sus barrios y parques donde el miedo se esquiva
como se puede y con mucha sabiduría.
Nueva York tiene un poeta Whitman
y a su alrededor como escribas a una cohorte de mercenarios
que la ven a los ojos de ciencia infusa.
¡Ah, Nueva York que te comes la cultura
de quienes hasta ti se arriman!
La ciudad que no duerme siempre está viva
y en esto Nueva York demuestra que día a día asimila
todo aquello que se le viene encima.
La Babel del siglo XXI es una ciudad tan en si misma retraída
que a poco que se le pone la mano sobre su cintura
te contagia de esa inocente alegría
de quienes se dejan llevar por la aventura.

Autor: José Vicente Navarro Rubio

POESÍA: CUANDO EL SOL DUERME


Angustiosa espera.
Tiempos de entre-guerras
con humos en las azoteas
que salen por los ojos de las chimeneas.
En Europa teas,
arden bibliotecas,
suenan tambores y trompetas.
Arroyos de sangre
de quienes no se esperan
que de la noche a la mañana
el orbe se sienta atraída por la muerte de las centurias extranjeras.
El sol duerme
su tranquilidad exaspera
a quienes mirando en el cielo
buscan una respuesta.
Ladra el rey de la manada
monigote con gorro de visera
que mira de reojo
y se planta como si fuera una liebre a quien una luz ciega.
Fue la Segunda Gran Guerra
más temida que la viruela
y más sangrienta
que esas batallas que se cuentan
en los libros sagrados
de cualquier cultura que haya habitado sobre la tierra.
Vocea, grita, menea las manos
y se siente el Dios de quienes solo piensan en que su raza pueble la tierra.

Autor: José Vicente Navarro Rubio

POESIA: CULLERA RETABLO COSTUMBRISTA EN UNA TARDE CAÍDA


Uno que pudiera en esta tarde en Cullera con melodías a verano en las Antillas
ser gota de agua fría,
el color azul del mar en su superficie pintado por las aves marinas,
suave brisa
de esa que pasa por encima de las montañas para ir a caer donde la arena quema hasta la saliva
o marinero de pesca de bajura
con la mirada puesta en ese mar que le sirve para ganarse la vida,
solo es un entretenido turista.
Al llegar hasta aquí, las orillas,
de ese río que nunca se sabe hacia donde camina
vuelvo la vista
y algo me impide pensar que estas aguas del Júcar son aquellas nacidas muy hacia arriba.
Ajusta la tarde su cita con la noche y su negrura a hembra panzuda
y entorno a ese momento difícil de definir por ser hora ambigua
por el paseo de la playa de Cullera avanzo sin prisa, entre puestos de baratijas,
turistas descansando y niños y niñas jugando en lo mejor de esa flor que es su vida.
Una fuente y un parque, Oasis, a la vista,
me desvía hacia la subida del castillo, que es por donde mi intelecto me indica
que puedo encontrar el reposo que el alma pide de una forma muy comedida.

Autor: José Vicente Navarro Rubio

POESÍA: EN ESTOS CANTOS Y OTROS YA PERDIDOS



En estos cantos y otros ya perdidos
al igual que la tierra nos enseña sus frutos
yo enseño al ser
de quienes se asoman a este precipicio
lo que la vida nos ha traído.
¡Oh, si la vida no fuera lo que es!
¡Oh, si el mundo perdiera sus vergüenzas!
y se mostrara duro
antes quienes disfrutan hiriendo
todo aquello que nos ha llegado ya corrupto,
consumido y abatido.
¡Qué dejaremos a nuestros hijos!
No dejaremos nada
de lo que un ser humano disfrutara
hace tan solo un siglo.
Ni verdes praderas,
ni especiales animales,
ni fuentes, montañas, mares y ríos,
aires de los cielos, nubes, rayos y diluvios,
quedará para disfrute de quienes todavía no han nacido.
Me acechan miedos
y me refugio
como un buen ermitaño
que solo necesita de sus escritos
para dejar algo a ese ser impredecible del futuro,
que por leer solo podrá leer,
ya las bibliotecas convertidas en plantas de residuos
lo que al estado monolítico le interese. Mal futuro. Malísimo.

Autor: José Vicente Navarro Rubio

POESÍA: A TRAVÉS DE LA BREVEDAD DE UN SOLO SEGUNDO



Solo quedarán de mi,
a lo sumo,
unos poemas,
escritos
como quien bebe vino
para sofocar sus penas,
o como quien se lanza al vacío
de una cascada
para comprobar
lo inoportuno
de ese momento
justo
de un hombre solo ante el mundo.
Del resto
ramas, hojas y frutos podridos,
todo,
casi seguro,
que se lo llevaran
con rumbo desconocido
aquellas ventiscas
que desde niño
azotaron mis pequeños paraísos
donde la razón
se hacia adulta
a base de errar
como si fuera una mula arando un surco.
Nosotros los poetas
vivimos
con los ojos puestos
en los otros asuntos
y mientras construimos
versos y más versos
nos reímos
de lo divino
y no divino .
A través de la brevedad de un solo segundo,
tea que no arde,
oscuridad y noche de turbios asuntos
me resguardo del frío
que las palabras esgrimen
como si fueran afilados cuchillos
para beberme la luna
como si fuera turbio vino.

Autor: José Vicente Navarro Rubio


POESÍA: ME ARRANCA EL GRITO, LA ALERTA Y EL SOS


Si te vas al sonido de la voz humana
y escuchas lo que ella te dice, su parloteo,
tan lleno de metáforas, tan inconsecuentes,
con el mundo que uno conoce. ¡Atente!

Si te vas a la voz de los poetas jóvenes,
Fernando Nombela y otros en adelante,
ves como el futuro está asegurado y como el aire se vuelve suave.

Me arranca el grito, la alerta, el SOS.

Todo viene en mitad de la noche,
oscuridad que pare, luz creciente,  tantos seres humanos,
en este mundo de hambre,
que la noche grita de forma salvaje cuando las mujeres se abren
y salen, a marcha lenta, cabezas y resto de cuerpos de criaturas como trigales creciendo
en los campos fértiles.

Veo el paisaje de lo recorrido, tiempo y espacio, en adelante interrogante,
y me siento, como si la deriva fuera en la vida de los hombres una constante,
a la puerta de la casa que me sirve de embalaje,
para ver llegar lo que seré y como en mis arterias se introduce nueva sangre.

Hoy, sin más equipaje que ese que hace a los hombres libres
me cuesta creerme que el fin de la historia sea el último baile
que nos queda por bailar antes del gran viaje
a las estancias cerradas donde el ser, el alma y la mente serán parte de esa muerte
que nos acaricia desde el mismo instante que caímos en manos de nuestra suerte.

Por eso apelo desde el equinoccio de mis dudas constantes
a las voces nuevas, al verbo salvaje,
a lo irreal como notable y a lo increíble como pasto de nuevas normas relevantes
para decir a quienes me leen y oyen que el camino que hay por delante
con buen calzado resulta más suave.

Autor: José Vicente Navarro Rubio

POESÍA: LO ABSURDO DE LAS GUERRAS




Los muertos de las guerras
son todos iguales.
Soldados son los que su oficio ejercen
con la precisión
que el destino en el bolsillo les mete
y con la suerte esa que se reparte
a ciegas sin importar quien eres.
Temo de las guerras
sus comienzos y desenlaces,
pasen donde pasen
y las proclame quien las proclame
pues todas traen miserias y años de hambre.
Soy un hombre equidistante
que mira con asombro lo que a su alrededor sucede
y analiza como cirujano
que el bisturí con destreza blande
por donde sajar e hincar
a la herida el diente.
Yo afirmo y soy tajante
en decir que no hay conflicto entre naciones
que merezca ni una pizca de sangre
por muchas que sean las razones
que a los vientos se lancen
pues siempre saldrá del desenlace
un perdedor en la figura del ser
sometido a la tiranía de quienes
dominan los intereses
que como razón se esgrimen
en eso de sacudir a la pelota con el bate.

Autor: José Vicente Navarro Rubio

POESÍA: ENTRE LAMENTOS Y PENAS LA TIERRA RUEDA



Para entender el presente de las cosas,
la realidad inmediata, las alegrías y las penas
de quienes junto a ti pasan
y a veces ni dignas a mirar pues la corriente de la vida nos lleva
al disfrute del desnudo talle de la opulencia,
hay que serenar la mente
y entrar como el éter entra
en el alma del otro y dejarse llevar por la solidaridad enemiga de las plantas rastreras.
Creo que podemos en el mundo que nos ha tocado vivir
aspirar a lago más que a estar continuamente pendientes
de lo que se nos vende como una nueva y frondosa primavera
pues desde hace millares de años
los lobos y las fieras
continúan atacando a los corderos y viviendo en las altas atalayas de sus sierras.
Me veo al borde de una playa llena de astilladas maderas
en otros días barcos de pesca
que cruzaban el mar con sus bodegas llenas
de ese alimento que se roba a las aguas marinas eternas
y en esa playa rodeado de la belleza
que da la luz plena que llega en mantos inmensos de incompresible lealtad sincera
escucho el cornetín de la prensa manejada por quienes quieren un mundo a su manera
y digo ¡Basta!
y me responde la voz de mi conciencia:
"Que el basta, provenga de donde provenga,
no es lamento suficiente sino se llena de música esparcida por nuevas orquestas".
Me lamento de la misma manera
que el joven que sale a la calle y a su casa regresa
con las manos vacías y la creencia
en que el mundo que le ha tocado vivir fluye de sus mismas yemas.
Un día dije que no bebería de esa agua que ahora riega todas las tierras
y a pesar de los pesares, bebo de ella.
¡Tierra! tu puedes sola,
tú que que has sido desde siempre la eterna centinela
ruega por los desamparados del mundo
a ver si se abren las alacenas de los templos, de los bancos, de las grandes haciendas.
El mundo de las ciudades, de las selvas, de las praderas
de las chabolas donde se hacinan las caras con penas solo espera
de discípulos que atiendan al corazón de la madre tierra.

Autor: José Vicente Navarro Rubio

POESÍA: CANSADO ANDA



Nostalgia perdida:
Ecos remotos que llevan
como la sílaba
al instante mismo en que brota una palabra.
Nada ni el mismo silencio que acompaña
a quien se siente cogido por la vida
y prepara su vuelta.
la mano que coge; la vista que se cansa,
el vacío y la última esperanza.
Mira por la ventana
y observa
como el tiempo pasa.
Quizás se pregunta ¿ Que pasa?
quizás no sea nada
y todo tenga que ver
con este día
que se ensancha
como la manga de una chaqueta de lana.
Redes de pesca; ensalada;
comida barata; dientes de porcelana
y pasa
el misterio de la vida
y quien les habla
como una chispa que del fuego se escapa.

Autor: José Vicente Navarro Rubio

miércoles, 1 de octubre de 2014

EL PUENTE DE TACOMA Y LA RESONANCIA

Hoy vamos a hablar de un puente que quiso ser atracción de feria y de un falso mito del mundo de la física: la fabulosa historia de Gertrudis Galopante.
Seguro que algunos ya habréis visto estas espectaculares imágenes, un puente retorciéndose como si fuera de mantequilla hasta derrumbarse por completo. Éste ha sido, durante mucho tiempo, el típico ejemplo que se ha usado en la escuela (e incluso en muchas universidades) para explicar un interesante fenómeno físico: la resonancia. Pues bien, resulta que no es cierto que el puente se desmoronara por culpa de la resonancia, la realidad es algo más compleja. Pero vayamos por partes… primero deberíamos presentar el escenario y a los actores de la historia.
Tacoma-Bridge-1
El puente de Tacoma Narrows poco antes de su colapso.
Estados Unidos, Washington, año 1938. Hace décadas que se habla sobre la construcción de un puente que una la ciudad de Tacoma con la península de Kitsap, pero nunca se han encontrado los fondos suficientes para financiar el costoso proyecto. Finalmente se recurre a Leon Moisseiff, un ingeniero civil de Nueva York (diseñador del Golden Gate y del puente de Manhattan), que presenta un proyecto muy barato a costa de rebajar algunas de las especificaciones de diseño. La construcción del puente empieza ese mismo septiembre y termina en menos de dos años.
El puente de Tacoma Narrows se inauguró el 1 de julio de 1940. Diseñado para que lo atravesaran 60.000 coches al día y con una longitud de 1.600 metros, pasó a ser el tercer puente colgante más grande del mundo (por detrás del puente de Washington de Nueva York y del Golden Gate de San Francisco).
Sin embargo algo excepcional lo convirtió enseguida en la principal atracción de la zona. Desde el primer día que se abrió al tráfico, los habitantes de Tacoma se dieron cuenta de que el puente se ondulaba de un extremo al otro al pasar los coches o cuando soplaba una pequeña brisa. Este extraño comportamiento le valió el sobrenombre de  Gertrudis Galopante.
Que un puente construido en acero y hormigón oscilase de esa manera no era nada normal, pero los ingenieros responsables del proyecto aseguraron que su movimiento no afectaba a su integridad estructural y éste siguió abierto al tráfico. ¿Y qué pasó? Pues que mucha gente empezó a acudir a Tacoma para cruzar el extraordinario puente a pie o en coche. Era como una atracción de feria, una atracción que duró sólo cuatro meses y seis días.
El 7 noviembre de 1940 amaneció con buen tiempo y con un viento constante de unos 68 km/h. Los estudios preliminares determinaban que el puente de Tacoma Narrows estaba diseñado para soportar vientos de hasta 200 km/h, pero esa mañana sus vibraciones eran mayores que las habituales. Ya no sólo se ondulaba a lo largo de su longitud, sino que los dos lados de la carretera se retorcían sin parar alrededor del eje central por efecto del viento. A las 11 de la mañana el puente se derrumbó por completo, quedando únicamente en pie sus pilares.

¿Qué le pasó al Puente de Tacoma? (I)

El sorprendente sucedido que experimentó este puente, el 7 de noviembre de 1940, se suele poner en los centros de enseñanza, como visual ejemplo paradigmático de la resonancia mecánica.

Un fenómeno frecuente en la vida de todos nosotros y que a la gran mayoría le resulta familiar, si bien no todos comprenden cómo se llega a producir.

Por supuesto que entre estos últimos no se encuentran los estudiantes de Física.

No al menos los que yo conozco. Pero ése es otro asunto. El que aquí nos trae es Tacoma

¿Qué es lo que pasó en ese puente? ¿Por qué ocurrió? Con su permiso se lo voy a contar por orden cronológico.


El Puente de Tacoma
Montado sobre el rio Narrows y construido durante la década de los treinta, con sus 1600 m de longitud y sólo dos carriles, fue uno de los puentes colgantes más importantes de su época.

Inaugurado el 1 julio de 1940, por tamaño pasó a ocupar el tercer lugar del mundo. Sólo era superado por el puente de Washington de Nueva York y el Golden Gate, sobre San Francisco.

Pero lo que es por notoriedad, ahí, casi de inmediato, pasó a ocupar el primer puesto. Y además para siempre.

Desde que fue abierto al tráfico, el puente demostró que no era como los demás. Se deformaba, ondulándose de un extremo a otro, al paso de los automóviles. Una cosa nunca vista en un puente.

Experimentaba un movimiento ondulatorio longitudinal que se mantenía y aumentaba, debido a que las vibraciones de los propios vehículos, provocaban un efecto de resonancia mecánica capaz de amplificarlo.

A la gente, que está a la que salta, le faltó tiempo, primero, para ponerle un mote, lo llamó 'Galloping Gertie' (Gertrudis galopante).

Y después para convertirlo en una atracción turística, ya que la experiencia de cruzarlo, andando o en automóvil, se parecía a la de subirse a una montaña rusa. Algo muy divertido.

'Galloping Gertie'
Como la resonancia era longitudinal, el puente se deformaba en esa dirección con la calzada subiendo y bajando en rítmicas, suaves y divertidas ondulaciones.

De modo que cuando lo atravesaban los conductores, veían a los vehículos que tenían delante, o a los que le venían de frente, desaparecer y aparecer ante sus ojos en sincronizadas y, todavía, suaves oleadas.

De ahí el apodo 'Galloping Gertie'. Era muy divertido para todos.

Bueno, para casi todos. A los ingenieros que lo construyeron maldita la gracia que les hacía. Estaban preocupados por el asunto. No era esperable ni, por supuesto, normal. Por lo que se apresuraron a realizar sus cálculos.

Unos cálculos que resultaron tranquilizadores. El efecto provocado por la resonancia, no hacía que la estructura del puente corriera peligro. Así que larga vida al puente. Todos tranquilos y a disfrutarlo. Lo malo es que no fue así.

A pesar de las declaraciones oficiales el puente apenas se mantuvo en pie cuatro meses. El 7 de noviembre de 1940 a las 11h, entró en un colapso estructural y terminó partiéndose en pedazos .

POESÍA: DUKE ELLINGTON Y SUS CINCO CENTAVOS

ellington.jpg -
Todo puede ser parte  de un centavo
desde un piano
hasta la imagen de Duke Ellington, esgrimiendo su semblante
con dientes tan blancos
como las nieves perpetuas del kilimanjaro.
Así fue como este afroamericano
de raíces perdidas
en algún campo de algodón con sangre abonado
tuvo su momento de gloria
al ser considerado, por el talento que derrochaba, como músico asimismo realizado.
Bajo la piel negra rayos
y en sus manos
la magia que surge
al amparo del grito desgarrado.
Cinco centavos
muy poco,
y aunque su valor es escaso,
sirvió para demostrar al mundo blanco
que el talento nace en las ramas de  un mismo árbol.

Autor: José Vicente Navarro Rubio

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