sábado, 23 de mayo de 2015

POESÍA: DOMINGO CON SABOR A DULCE MÚSICA

Hoy es ese mañana
al cual
uno se cita
para una hora,
ella sola bendita,
de espera,
de angustia,
de cuentas que no acaban,
de tantas alegrías
que todo se da por pasado,
que todo se olvida
después de una campaña
de dura lucha
en cada uno y una,
en que todos a una,
se suben al carro que anuncia
una victoria que suena a dulce música.
Por ella,
la única,
la que sabe a nata con nueces,
la que si te invita
es para hacer política
a la cual cada uno le pone su guinda.
Ella es la victoria,
en fin la mejor amiga,
que si la cuidas
puede durar toda la vida.

Autor de la poesía: José Vicente Navarro Rubio

POESÍA: LUZ Y SILENCIO, ANTI-MATERIA Y VIDA

Con esta luz el silencio no miente
se viene,
el solo a hurtadillas
a comer
viejo, él, a la comisura
de unos labios
que invitan
a la meditación profunda.
El silencio ayuna,
masculla entre dientes, guijas,
sobre el surco
de la vaina caídas.
Con esta luz
y con esta angustia
duerme tranquila
la araña furtiva
que de la tela tendida
se lleva
a las profundidades
de una despensa de alimentos bien provista
a su víctima.

 Autor: José Vicente Navarro Rubio

JOSE RIZAL, UN TAGALO HISPANIZADO (POEMA: MI ULTIMO ADIOS)

Entre España y Filipinas. Jose Rizal, escritor

FUENTES: María Dolores Elizalde Pérez-Grueso
José Rizal solo vivió 35 años. Nació el 19 de junio de 1861 y murió el 30 de diciembre de 1896, cuando aún no había cumplido los 36. Sin embargo, ese breve periodo fue un tiempo apasionante, en su propia vida y en el entorno que le rodeaba. Unas décadas luminosas de transformaciones aceleradas que, como todo tiempo de cambio, conllevaron esperanza e ilusión en el progreso personal y nacional, pero también momentos de frustración y traumatismo. En esos años se escenificó, además, en aquellas Filipinas integradas en el imperio español, la lucha de dos dinámicas irreconciliables: el convencimiento de la necesidad de reformar para poder progresar frente al deseo de mantener el statu quo para que nada cambiara.

FUENTE: EL MUNDO


Donoso, con su edición. | Efe 

Las novelas del héroe nacional filipino, José Rizal, consideradas obras maestras de la literatura del país asiático, recobran tras décadas de olvido el español en el que fueron creadas con una edición basada en los manuscritos originales. 

La colección Filipiniana Clásica, financiada por la fundación local Vibal con la colaboración del Instituto Cervantes, arranca con un volumen bilingüe en inglés y español de 'Noli me tangere', considerada la obra magna de las letras filipinas y publicada por primera vez en Berlín en 1887. 

"Era casi imposible encontrar la edición en español en Filipinas. Propuse hacer este trabajo porque como lector lo considero necesario para que los aficionados a Rizal dispongan de la versión original", explica a Efe Isaac Donoso, filólogo español que ha dirigido la nueva edición. 

En las últimas décadas se habían realizado cuatro ediciones del 'Noli Me Tangere' en castellano con la ortografía actualizada, una en Venezuela y tres en España, pero ninguna en Filipinas, donde la obra se estudia en todas las escuelas en inglés y tagalo. 

Donoso subraya que "es la primera vez que se lanza una edición crítica, con anotaciones de contexto histórico y cultural y con una historia textual" de la obra. 

Para ello, el lingüista ha estudiado minuciosamente una copia escaneada del manuscrito original y ha ido descifrando cada uno de los tachones que el autor filipino fue dejando, lo cual le ha permitido incluir en las notas a pie de página las palabras que Rizal optó por eliminar del texto. 

"La primera edición es la base, pero tenía cerca de 1.000 pequeños cambios con respecto al manuscrito. Hemos tratado de respetar la voluntad del autor", subraya. 

Tras su primera aparición en Alemania, donde Rizal residía temporalmente, la novela fue prohibida en el archipiélago por las autoridades coloniales españolas, que la consideraban "subversiva" por describir los abusos de los frailes y de los gobernantes provenientes de la metrópoli. 

Rizal fue fusilado en 1896, a los 35 años, acusado de sedición por el régimen español, aunque nunca defendió abiertamente la independencia filipina, sino que abogaba por que las islas constituyeran una provincia española de pleno derecho y por el fin de los abusos a los nativos. 

"Para un filipino es la obra cumbre del país. Por ella mataron a su autor, tiene un significado profundo", explica Donoso. 

El título está en lengua latina y significa "no me toques", en referencia a un pasaje de la Biblia en que Jesucristo pronuncia esa frase ante María Magdalena después de su resurrección. 

Con ello Rizal quería resaltar que nadie antes se había atrevido a tratar algunos de los asuntos centrales de la novela. 

Esta nueva versión se enmarca dentro de los actos de conmemoración del 150 aniversario del nacimiento de Rizal, oftalmólogo de profesión y considerado el héroe de la independencia de Filipinas. 

Aunque ideada para su comercialización en las librerías filipinas, Donoso destaca que la obra será reeditada en los próximos meses por el Instituto Cervantes dentro de la colección 'Clásicos Hispanofilipinos' para llegar al público hispano. 

Donoso, afincado en Manila desde hace ocho años, ya trabaja en una edición similar de la otra gran obra de Rizal, 'El filibusterismo', segunda parte de 'Noli me tangere' publicada por primera vez en 1891 y también una referencia ineludible de la literatura filipina en español. 

Menos del 3% del total de la población de Filipinas habla español, que a mediados del siglo XX perdió su estatus de idioma de la intelectualidad filipina a favor del inglés, instaurado por Estados Unidos durante su colonización.




José Rizal, 1896

Mi último adiós
¡Adiós, Patria adorada, región del sol querida,
Perla del mar de oriente, nuestro perdido Edén!
A darte voy alegre la triste mustia vida,
Y fuera más brillante, más fresca, más florida,
También por ti la diera, la diera por tu bien.

En campos de batalla, luchando con delirio,
Otros te dan sus vidas sin dudas, sin pesar;
El sitio nada importa, ciprés, laurel o lirio,
Cadalso o campo abierto, combate o cruel martirio,
Lo mismo es si lo piden la patria y el hogar.

Yo muero cuando veo que el cielo se colora
Y al fin anuncia el día tras lóbrego capuz;
si grana necesitas para teñir tu aurora,
Vierte la sangre mía, derrámala en buen hora
Y dórela un reflejo de su naciente luz.

Mis sueños cuando apenas muchacho adolescente,
Mis sueños cuando joven ya lleno de vigor,
Fueron el verte un día, joya del mar de oriente,
Secos los negros ojos, alta la tersa frente,
Sin ceño, sin arrugas, sin manchas de rubor

Ensueño de mi vida, mi ardiente vivo anhelo,
¡Salud te grita el alma que pronto va a partir!
¡Salud! Ah, que es hermoso caer por darte vuelo,
Morir por darte vida, morir bajo tu cielo,
Y en tu encantada tierra la eternidad dormir.

Si sobre mi sepulcro vieres brotar un día
Entre la espesa yerba sencilla, humilde flor,
Acércala a tus labios y besa al alma mía,
Y sienta yo en mi frente bajo la tumba fría,
De tu ternura el soplo, de tu hálito el calor.

Deja a la luna verme con luz tranquila y suave,
Deja que el alba envíe su resplandor fugaz,
Deja gemir al viento con su murmullo grave,
Y si desciende y posa sobre mi cruz un ave,
Deja que el ave entone su cántico de paz.

Deja que el sol, ardiendo, las lluvias evapore
Y al cielo tornen puras, con mi clamor en pos;
Deja que un ser amigo mi fin temprano llore
Y en las serenas tardes cuando por mí alguien ore,
¡Ora también, oh Patria, por mi descanso a Dios!

Ora por todos cuantos murieron sin ventura,
Por cuantos padecieron tormentos sin igual,
Por nuestras pobres madres que gimen su amargura;
Por huérfanos y viudas, por presos en tortura
Y ora por ti que veas tu redención final.

Y cuando en noche oscura se envuelva el cementerio
Y solos sólo muertos queden velando allí,
No turbes su reposo, no turbes el misterio,
Tal vez acordes oigas de cítara o salterio,
Soy yo, querida Patria, yo que te canto a ti.

Y cuando ya mi tumba de todos olvidada
No tenga cruz ni piedra que marquen su lugar,
Deja que la are el hombre, la esparza con la azada,
Y mis cenizas, antes que vuelvan a la nada,
El polvo de tu alfombra que vayan a formar.

Entonces nada importa me pongas en olvido.
Tu atmósfera, tu espacio, tus valles cruzaré.
Vibrante y limpia nota seré para tu oído,
Aroma, luz, colores, rumor, canto, gemido,
Constante repitiendo la esencia de mi fe.

Mi patria idolatrada, dolor de mis dolores,
Querida Filipinas, oye el postrer adiós.
Ahí te dejo todo, mis padres, mis amores.
Voy donde no hay esclavos, verdugos ni opresores,
Donde la fe no mata, donde el que reina es Dios.

Adiós, padres y hermanos, trozos del alma mía,
Amigos de la infancia en el perdido hogar,
Dad gracias que descanso del fatigoso día;
Adiós, dulce extranjera, mi amiga, mi alegría,
Adiós, queridos seres, morir es descansar.



José Rizal, 1896

viernes, 22 de mayo de 2015

POESÍA: REFLEXIONES, ESTAS, SOLO MÍAS

Todo fue como una bella pesadilla,
sueño realizable
desde esas almenas de unos castillos caídas
en los que habitan nuestras vidas
y nos fuimos en ello de aventura
hasta ese lugar caliente
en el que vive entre conjeturas
la palabra política
que una vez ella,
una y rotunda,
transformada por Platón en pública
nos sirvió para jugar cual niños
a todo aquello
que para unos nos es rutina
y para otros algo nuevo en sus vidas.
El debate, la pregunta,
el genio que vuela
y alguien que grita,
es el ahogo ante lo que no sabemos
es la conjetura,
algo que en nuestras almas anida
como pregunta que se bate en deseos
como toro, miura,
que a algunos no les gusta,
pero la vida, el encuentro, siempre perdura,
aunque el cielo se caiga,
aunque mañana alguien nos diga
que dos más dos solo suman, cuatro, ¡atiza!
yo creía en otro tipo de sumas,
de  manos con manos, almas con almas y risas con risas.
Que dicha
el placer de haberos conocido
en esto que nos gusta la política
y que dicha
el saber que la lucha se acabará un día
entre gritos de alegría
de quienes como vencedores solo buscan
hacer al pueblo, en el que habitan,
más grande si se puede todavía.
Un adiós no es nada,
si tu, el otro, el que me lee, el que me mira,
no renuncia
a esa despedida
que se escucha
desde los tiempos en que se escribían libros de caballería
que servían
para que los hombres soñaran con lo que en vida se les prohibía.
Los votos mandan
quizás, me callo, otra cosa, bienvenida sea, digan.

Autor de la poesía: José Vicente Navarro Rubio

POESÍA: SIN VIDA

La estancia libre;
objetos sin valor alguno se amontonan sobre sillas,
cándida la noche
en sus silencios de catacumbas
donde huesos sin valor alguno se amontonan
en pequeñas aberturas sobre las paredes frías;
Ya la vida no resucita a ninguna más aventura
que la qué disfrutó en su día, vaga,
cual fantasma oculto,
en las comisuras de unos labios que se agitan
para pronunciar una última palabra,
exclamación: madre mía.
Sobre el pecho, manos cruzadas que ya no buscan
nada que no sea el deseo de los dioses
cuando esperan la llegada de quienes se sintieron criaturas.
La muerte en una estancia fría
con plomo, hierro, metal inimaginable, metralla en suma,
en el desnudo cuerpo,
sin vida la suya
y tan tranquila la noche ya sin lloros ni palabras de ternura
caen las horas que hacen llegar el día
con sus apresuras
entre toques de campanas, dianas, marchas diurnas
de los seres que fueron amigos tuyos
y lo seguirán siendo en la cavidad profunda
donde el pensamiento habita
sin más adornos que paredes desnudas
y recuerdos tan calientes que no los enfría
ni el paso del tiempo, ni la llegada rotunda
de los otoños de hojas caídas
y de los mustios amaneceres bostezando
entre las copas desnudas
de los abetos de troncos rectos que en su gran conjura
decidieron dar su vida al servicio necio de la muerte
que habita en todos los camposantos en los que mi mirada aterriza.

Autor de la poesía: José Vicente Navarro Rubio

jueves, 21 de mayo de 2015

POESÍA: A VOTAR TOCA DENTRO DE UNOS MOMENTOS

Este es un poema
escrito, a tiempo,
para las noches
como estas
con y sin estrellas
en el firmamento,
noches que dan rienda suelta
a días que son,
como el sábado,
de silencios impuestos,
antesalas
con nulo alimento
al gran momento
ese: "todos atentos",
en que seremos
tan iguales
que un voto,
el mayor
de nuestros derechos,
vale igual
en casa de aquellos amos,y dueños,
señores, marqueses y clero
de la época de nuestras abuelas
y abuelos,
que de aquellos otros,
todos nosotros entre ellos,
entonces sus siervos.
Trabajadores, y parados,
jubilados,
con recortes
y cadenas
en el cuello.
este es
no dudéis de ello,
nuestro gran momento,
pues si dudamos
nos caerán
desde el cielo
rayos y tormentos.
La voz,
mujer
que te obligan
a parir
como si tu vida
fuera de ellos,
no es silencio
y no la para el viento.
La voz
para todos
y todas
es,
ese alimento,
que si bien se extiende
potencia el hecho
de ir a votar
siempre sabiendo
que lo que queremos
y aquello
a lo que le dedicamos
el tiempo
está bien hecho.
Vota
y hazlo en concreto
por el socialismo obrero
por un País,
desde Almansa
perdimos los fueros,
pues los tiempos,
los nuestros,
no los de ellos,
no están para escuchar muchos cuentos.


Poesía: José Vicente Navarro Rubio

miércoles, 20 de mayo de 2015

POESÍA: ¿QUIZÁS?

¿Quizás
no entienda,
quizás
no sea,
quizás,
quizás,
no lea
la letra pequeña?

¿Quizás
mañana sea,
quizás
se rompa
la madeja,
quizás
del ovillo
de lana
se desprenda
aquello
que si se busca
se encuentra.
en la rueda
de hilar
de la abuela?

Autor de l poesía: José Vicente Navarro Rubio

LIBROS DE VIAJE DE BENJAMIN DE TUDELA





Fuente:http://loslibrosdelazar.blogspot.com.es/2009/10/libro-de-viajes-de-benjamin-de-tudela.html
























Tranquila y relajada esta lectura de ese siglo tan clave que fue el XII. Benjamín de Tudela es casi nadie: un hombre cuya existencia sólo queda probada en este libro y poco más. Fue un judío que por razones que no se saben emprendió un largo viaje (en el espacio y en el tiempo). Partió del Reino de Navarra y llegó a las puertas del Golfo Pérsico. Los estudiosos dudan acerca del tiempo que invirtió en este proyecto. Unos dicen que 5 años, otros opinan que 14. 

Benjamín de Tudela nos abre una ventana serena con vistas a tiempos difíciles. Paso a paso, recoge su itinerario, los medios con los que se desplaza, lo que ve. Hay ciudades cuyo rastro se ha perdido, otras todavía perduran. Las villas pequeñas merecen, por regla general, una escueta mención. Por ejemplo:

“Desde allí (el pueblo del que viene) hay una jornada y media de marcha hasta Zerayín, que es Esdraelón; allí hay un manantial grande y en ella hay un judío tintorero.” 

El autor pasa de pueblo a pueblo, de ciudad a ciudad, sin especificar el tiempo que permanece en cada lugar. En todos los lugares en los que viven judíos Benjamín de Tudela escribe el número aproximado de la comunidad hebrea y también, cuando existen, de las sectas discrepantes de la tradición rabínica. En las grandes ciudades el libro se divierte con leyendas, descripciones de calles, monumentos y accidentes geográficos del entorno, la historia de sus reyes antiguos y presentes (si persiste el anacronismo), las costumbres de sus ciudadanos… Roma, Constantinopla, Jerusalén, Damasco, Bagdad, Elam, Amadia, El Cairo, Alejandría son esas ciudades.

En algún lugar cercano a la actual Basora debió de detenerse Benjamín de Tudela. Sus descripciones, esta vez menos detalladas, llegan hasta la lejana y antigua China o bordean la Península Arábiga. Se entiende que en estos casos el autor recoge testimonios ajenos. 

La población judía en la Palestina de la época es muy baja. En muchos pueblos inexistente. En Jerusalén nos dice que hay “unos doscientos judíos habitando al pie de la Torre de David” (los mismos que vivían en Roma). La cifra es ridícula si se compara con la existente en la vecina Mesopotamia. Sólo en Bagdad nos dice que hay 40.000 judíos y no es la ciudad de mayor población judía, aunque es allí donde vive el Exilarca, la máxima autoridad del judaísmo de ese momento, a quien el Califa reconoce. 

Hay algunos pasajes espectaculares por su fuerza evocadora. Escojo algunos:

“Desde allí hay una jornada hasta Babel, que es Babel la Antigua, en ruinas, las cuales tienen una extensión de treinta millas (unos 30 km). Todavía se encuentra allí el palacio derruido de Nabucodonosor, y los hombres temen entrar en él debido a las serpientes y alacranes que hay en su interior.”

“Los judíos de la ciudad (Bagdad) son sabios y muy ricos. En la ciudad de Bagdad tienen los judíos veintiocho sinagogas, entre Bagdad y Al-Korj, que está al otro lado del río Tigris, pues el río divide la ciudad. La Sinagoga Mayor del Exilarca está construida con columnas de mármol polícromo, recubiertas de plata y oro, y en las columnas hay letras de oro de versículos de los Salmos. Allí delante del estrado, hay como unos diez escalones de piedra marmórea; en el escalón superior se sienta el Exilarca con los príncipes de la casa de David. 
La ciudad de Bagdad es grande: diez millas de circunferencia alrededor de la ciudad. Es tierra de palmeras, huertas y vergeles como no los hay en todo el país de Shinar. A ella vienen de todos los países con mercadería y en ella hay hombres sabios, filósofos conocedores de toda ciencia y magos conocedores de todo encantamiento.”

“Delante de Jerusalén, como a unas tres millas, hay un cementerio de israelitas, quienes en aquellos tiempos enterraban a sus muertos en cuevas; cada sepultura tiene su fecha, pero los cristianos destrozan las sepulturas y edifican sus casas con las piedras.”

“La ciudad (Alejandría) está construida hueca por debajo mediante puentes; la construyó (Alejandro Magno) con gran sabiduría. Sus calles son rectas, en su interior, en los canales que uno ve, los hay de una milla de distancia, de puerta a puerta: desde la puerta de Rasid hasta la puerta del Mar. Allí construyó una vía sobre el puerto de Alejandría, de una milla de distancia dentro del mar. Hizo allí una gran torre llamada EL FARO.”

“Desde allí hay dos jornadas hasta Gebal, que es Ba’al-Gad, al pie del monte Líbano, cercana a la horda que llaman AL-HASISIN, que no creen en la religión de los ismaelitas (musulmanes), sino en la de uno de ellos al que consideran como profeta; y hacen todo lo que les ordena, ya sea para muerte o para vida.”

Agradezco (con forzoso retraso) a Benjamín de Tudela su breve libro, de una objetividad sorprendente. En ningún caso las divagaciones morales lo interrumpen, ni siquiera en forma de vagas insinuaciones, aunque a veces lo ocupen barbaridades y cataclismos. Impertérrito, sigue su viaje. Se entretiene más en lo bueno que en lo malo, y prefiere los hechos a los estereotipos que debería tener un judío de su época. Por poner un ejemplo, el personaje que más bien parado sale en toda la obra es el Califa que vive en Bagdad. Lo bueno también pone los pelos de punta:

“Hay allí (Bagdad) como unas cincuenta boticas y todas tienen bálsamos y todo cuanto necesitan de la casa real. Todo enfermo que allí va es atendido con el dinero del rey, y le medican. Hay allí un palacio que llaman DAR AL-MARISTAN. Es el palacio donde encierran a todos los dementes que se encuentran en toda la ciudad, a causa del calor. Cada uno sujeto mediante cables de hierro, hasta que recobran la razón, en invierno. Todos los días que están allí son mantenidos por la casa real. Cuando recobran la razón se les despide, y cada uno vuelve a su casa y a ocupar su cargo.
Dan su dinero a los que viven en las alhóndigas y a los habitantes de la ciudad, regresando cada uno a su casa y a ocupar su cargo. Mensualmente, los funcionarios del rey los interrogan y examinan, soltándoles si han recobrado la razón, y regresan a sus casas y a proseguir sus caminos. Todo eso hace el rey, por caridad, a todos los que vienen a la ciudad de Bagdad, tanto enfermos como dementes.”

(Leía ayer algunas párrafos acerca de Joan Gilabert Jofré, un cura que promovió la construcción de un hospital para dementes en Valencia en el año 1410. Está cerca su 600 aniversario y los titulares de prensa así como algunas webs institucionales lo consideran el primer hospital psiquiátrico del mundo. En la página 20 de la edición (7-2008) de Tusquets de Mason y Dixon, del dios Thomas Pynchon, hay una nota que habla del “Bethlehem Royal Hospital (este hospital me suena a Dickens), el primer asilo para dementes de Inglaterra, fundado en el siglo XIII”, (1247). En la Wikipedia este psiquiátrico inglés es también el primero de la historia. Pero hay una nota aclaratoria en el libro de Benjamín de Tudela (leí la 3ª edición de Riopiedras Ediciones) que dice lo siguiente: “…Bagdad contó con un hospital para dementes desde el año 794”. Como se ve la hipérbole no es un recurso privativo de la poesía. Quizá hace ya mucho tiempo que Bagdad no pertenece al mundo.)

Este breve libro es una puerta secreta que da a tiempos remotos. Ya entonces las ruinas se acumulaban y florecían los imperios. Benjamín de Tudela lo sabía. Que vivan los hombres como él.

domingo, 17 de mayo de 2015

POESÍA: VOTAR Y CON LA CABEZA



No seremos
pueblo
tal vez
no seamos
ni luz de estrella,
ni agua de fuente,
ni calor que cae sobre la tierra.
No seremos
nada,
ni ciudadanos de primera,
ni seres libres,
ni otra cosa que no sea
esclavos al servicio de quienes nos complican la existencia
si dudamos
y pensamos que eso de votar
no sirve
para otra cosa que no sea
perder el tiempo
de malas maneras.

Pero la historia,
la tuya,
la mía,
la nuestra,
la vuestra,
es una historia
antigua,
yo diría que vieja,
que habla de libertades secuestradas
y de cadenas
que una vez que se cierran
convierten al hombre en esclavo
de quienes sirven los intereses de la derecha.
Vota,
por lo tuyo,
vota,
por lo que más quieras,
pues si no lo haces
y en casa te quedas
cargaras sobre tu conciencia
con más parados,
con más pobreza,
con menos libertades
y con nuestras señas
rotas y arrojadas a una papelera.
Vota
al PSPV/PSOE
y quizás encuentres respuestas
a todas aquellas cuestiones
que tanto te molestan.
Autor de la poesía: José Vicente Navarro Rubio

POESÍA: EL VOTO Y LO QUE CUESTA



Se olvidaron
de lo que eran
jornaleros,
peones,
trabajadores
y votaban
con la mano diestra
a la derecha,
por aquello,
solo por aquello,
que pena,
de que con ellos
no iba esa fiesta
de votar en función
de lo que eran,
siervos,
casi de la gleba,
con pocos derechos
y siempre a la espera
de bailar al son
de quienes
manejan
la rueda
que mueve el mundo
desde la época
en que el ser humano
vivía en las cavernas.
Eran,
pobres de ellos
y pobres de ellas,
trabajadores
al servicio de la derecha.
que solo quería de ellos
una lealtad
que iba más allá
de una palmada
con la mano diestra.
Cuando vota la derecha
lo hace a conciencia
pensando solamente
en lo que a ellos les interesa
que el pobre sea pobre
a cadena perpetua
pues así
se perpetua su existencia
y se llenan sus despensas
con todo aquello
que les llega
gracias al trabajo
de quienes son
un número en una libreta.
Recuerda,
si quieres romper la tendencia
vota a conciencia
sabiendo lo que eres
y lo que tus padres eran
pues ellos solo piensan
en llenar con tu sudor
su despensa.

Autor: José Vicente Navarro Rubio
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