la mujer ciega,
pobre en su miseria
ve por sus ojos muertos
una rendija que le lleva
hasta la alacena.
El cerdo sobre la mesa
y ellos sin saber para que sirve la paciencia
cumplen
sin más treguas
el designo de toda una época,
matar al cerdo
sin que este se de cuenta
de lo que otros traman ya el porrón sobre la mesa.
Es ella la santa
y son ellas
las madres, niñas, jóvenes y abuelas
cogidas de las andas
como si estas sirvieran para traer agua a las sedientas tierras.
El Castillo
de nobles piedras
y en su torre
una gatera
la del gato, felino, que busca su presa,
allí donde un día ondeo una bandera.
Baile y fiesta ¿quién no corrió por la plaza en las noches deverbena
detrás de una estrella
la de ella
tan buena y sincera
noche que nos trae sus enamoradas estrellas.
Suena la música,
es noche de verbena
con coros de chiquillos
detrás de unas rejas
como quienes esperan
que la noche sea larga y el toro salga veloz a la plaza que esta llena de carros y en ellos fiesta.
Autor: Jose Vte. Navarro Rubio
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