Todo era tan extraño
la esfínge
de piedra,
y el obelisco en el libro
señalando
a una estrella,
la misma que vemos desde una terraza
mientras nos hacemos un helado capuchino.
Todo tan romántico,
el café a las nueve
en la cafetería Humelka
o en casa a las doce un domingo
con la faena hecha y todo a punto.
Volátil su aroma,
su color negruzco,
espuma y crema en los labios
el café resulta de un gusto muy íntimo.
Autor: Jose Vte. Navarro Rubio
No hay comentarios :
Publicar un comentario