El Santo en Valdeganga
y en ella Vallislonga
todo se encuentra en estas tierras,
hasta esa sexta mansión
de dos caminos romanos
uno hacia Zaragoza
y el otro, paralelo al Júcar, hacia Cullera.
Caballos y personas
en estas mansiones descansan de las fatigas, de las guerras,
mientras suben y bajan
a lo largo de la Península Ibérica.
Volviendo con las guerras
el alcalde de Valdeganga
en la guerra contra los franceses se niega
a destruir su puente
esta es una historia de gran belleza.
Entre barrancos, huertos y altas crestas
uno se encuentra
con lo que buscaba
eso que tanto llena
el encuentro con la naturaleza
libre ya de esas ataduras que sujetan al ser humano a la tierra.
Rutas tiene de tanta belleza
que los ojos se ciegan
a cual más bella
estas son las rutas
que en este poema se aconsejan:
La Manchuela,
Hoces del Júcar, Jorquera,
Cubas. Alcalá del Júcar
y si quedan piernas
Alarcón ,
aunque lejos les espera.
Autor: Jose Vte. Navarro Rubio
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