En un desierto
colmado
de cactus,
y serpientes
hay perros extremadamente delgados
y un pequeño poblado
que llama la atención
por aquello de que son Navajos.
Estrellas errantes,
pies descalzos
en las noches
que comen los suspiros de los enamorados
bajo el cielo
contando sus años de silencios ahogados
en papeles que solo sirven para marcar tierras, tiempos y plazos
los navajos
se sienten los amos
de ese centro de la tierra
redondo como un aro
que en mitad de un hermoso marco
con el cielo como horizonte señala sueños
para quienes viven soñando
Autor: Jose Vte. Navarro Rubio
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