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Tanto yeso y tanto pedernal
las peñas parecen destacar
desde cien kilómetros antes de llegar
a este lugar
donde si te sientas en la mesa
de ella no te podrás levantarás.
Sin sierra ni montes
ni nada más
es El Pedernoso un pueblo para sanar
de cualquier otra enfermedad
que no lleve la muerte asociada como desenlace final.
Si por allí vas
en La Motilla verás
tantos tiestos
que no se pueden estos contar.
Es la edad del bronce
la que por por aquí se vino a asentar
siempre buscando un buen lugar
con agua, caza y defensa natural.
En tiempos de emigrar
en tiempos de un tal Don Juan
quedó escrito
que por aquí solían llegar
sin necesidad de ninguna carta ni tratado internacional,
patos y anades,
grullas y garzas
y así hasta medio centenar
de aves con plumas que van
del blanco al negro.
para que vean que fácil es hablar de igualdad.
SI Jorge Manrique no hubiera pasado por el lugar
a buen seguro
que la villa que es desde que la conquistará aquel capitán
sería tal vez un mojón o un pueblo vulgar.
Posadas tuvo Arriba y Abajo
y también Mesón
y quizás
lugar de paso
por el cual
Don Quijote y sancho transitaban sin cesar
en aquellas aventuras suyas
tan de contar
que hasta los chinos saben donde El Pedernoso enclavado está.
14 rejas en una casa se vienen a contar
con sus dinteles y jambas,
sillarejos, tejas,
ventanas y una gran portalada de piedra noble casi metal.
¡Ay de su molino!
¿dónde está?
Tan meloso él
de blanco debió resaltar
como si fuera un sol sobre la tierra más.
Una iglesia
y dos ermitas
la Santa Ana y San Sebastian
y otra en una cueva
son los lugares hasta donde sus vecinos se solían acercar
para pedir
y rezar
en los tiempos de malas cosechas
o cuando se padecía algún mal
que no se podía tratar a través de la medicina tradicional
Autor: Jose Vte.Navarro Rubio
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