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Ni un gozo,
ni un pozo,
ni un molino,
ni un altar,
no se pudo encontrar
lugar alguno
donde derramar
esas últimas lagrimas
con que se vinieron a acompañar
la muerte de D. Jorge Manrique
a poco días de finalizar
una guerra que trajo tanto mal
al Castillo
y a ese capitán
y a ese capitán
al servicio de una reina
con más coraje que un general.
Monumento no le falta
al poeta que vino a cantar
su último verso en este lugar.
Diseñado por León Coullaut
no hubo mejor lugar
donde homenajear
a quien dio su vida defendiendo un ideal.
Tiene historia Santa María
de nada a lo largo de los tiempos
le vino a faltar,
le vino a faltar,
desde ermita a convento,
desde río a manantial,
desde gentes con poder
hasta un compositor de talla mundial
de apellido Patiño
al servicio de su majestad
el rey de una España Imperial.
En eso de fabricar
potingues
se las supo arreglar
un tal
Ramón Saiz Carlos
que hizo verdad
aquello de haz buena propaganda
y ya verás
lo fácil que es vender
lo que sirve para curar.
lo que sirve para curar.
Por Santa María pasan ríos
uno en otro
viene a desembocar
entre los dos recogen tan poca agua
que cabe está en un dedal.
Dicen del Quijote
Voto a Rus
y a rebuznar,
si vas por Santa María
no te olvides de pernoctar
en esa su Posada Real.
Quesos como los Santa María
son difíciles de encontrar
curados
y a las finas hierbas,
en aceite
y al natural,
semi-curados
y tiernos,
todos los tienes que probar
si quieres opinar
sobre eso que se dice
de que son de exquisito paladar.
De Santa María a Pinarejo
hay un cantar
un par de suspiros
y una buena hermandad
será por aquello
de que se conocen más
por lo que tienen
que por lo que nunca tendrán
ni puerto de montaña
ni mar.
Autor: Jose Vte. Navarro Rubio
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