domingo, 1 de mayo de 2016

POESÍA: SOBRE LAS GUERRAS





Por el cielo  de Kirovabad vuelan
por una España que revienta
lejos de esa frontera
por la que se fueron entre penas.

En España quedan:
Las madres que todo lo dan,
madres siempre aunque los hijos mueran.

Las mujeres y los hijos,
madres también ellas
que se visten de negro
que cubren sus cabezas
con pañuelos
de seda
negra,
con blusas
negras,
con faldas
negras,
con zapatos
negros
y medias
negras.

Las hermanas mirando
hacia el cielo
donde habitan las estrellas,
los hermanos sembrando de trozos de pan los caminos
de las perdidas sierras
por si fuera
que el hermano vuelve
luciendo estrellas.

Los padres que esperan
el trabajo de los hijos
sobre la tierra,
el hacha en la mano fuerte
cortando los troncos de madera,
la arcilla entre ls manos
casi ladrillo y teja,
la tiza
sobre una pizarra
que habla de lecciones de paz
a los niños y niñas de una España que no quiere guerras.

Los abuelos y abuelas
siempre temiendo
y viviendo de otras guerras
de la Primera,
África,
Cuba, Filipinas,
la Carlista,
la Francesa,
la Inglesa,
la Americana
con hijos y nietos, sobrinos, primos,
todos hijos de las guerras
que otros idean.

Autor: Jose Vicente Navarro Rubio

POESÍA: TRAS, TRAS , SUENA LA TRALLA

Tras lo cual,
tras lo dicho,
cortinas de humo.

Tras la espera,
tras el río,
tras la corriente,
tras el extravío,
tras,
tras,
la tralla, suena y corta su filo
el hielo frío.

Autor: José Vte. Navarro Rubio




POESÍA: AVIONES EN KIROVABAD SURCAN LOS CIELOS

Resultado de imagen de kirovabad

No quiero
al día lejos,
no quiero
el silencio,
quiero el lamento
de los motores rugiendo,
aviones sobre el cielo,
para cuando la bencina
aviva
así lo siento,
el alma noble,
que no es otra cosa que pequeños trocitos de cielo.

¿Qué sintieron sobre aquellos cielos?
los pilotos llegados
con sus corazones llenos
de ansias de volver
a España
para ser sobre los cielos
defensores perpetuos
de las tierras invadidas por enemigos llegados desde lejos.

¿Qué sintieron?

Alondras,
tiernos brotes de sentimientos
en aquellos
que vivían dentro de sus silencios
en Kirovabad
sopla el viento,
construye la nieve
muros de lamentos,
hangares de los que salieron
aviones de combate
que llevaban en su morro de acero
a españoles que sentían a la república muy en sus adentros.


Autor: José Vte. Navarro Rubio

UN ESCRITO DE FELIPE DE TORRES DEL SOLAR AUTOR DE PROCLAMA DE LOS DEBRES VEGETARIANOS



Lote 23774630: A LA SALUD POR LA EXACTA ACTIVIDAD DE CADA HORA DEL DÍA (EFEMEROSTATICA). Felipe de Torres del Solar


“No sólo de pan vive el hombre. Nuestros hijos no necesitan solamente cuidados físicos para su cuerpo material. Nuestros hijos son “algo” más, son mucho más, pues tienen un alma y un espíritu que deberemos conocer lo mejor posible para poderlos encauzar y dirigir hacia el bien.

Los padres deberán saber distinguir entre la instrucción y la educación. La instrucción es la enseñanza que recibe el individuo para que aprenda cosas útiles para la vida del mundo, que le ayudarán en un futuro a ganar dinero, fama, renombre, etc. La instrucción es necesaria ya que el individuo debe aprender cosas para realizarlas en el mundo en que vive. La didáctica instruye, es un aprendizaje, una condición social. Por medio de la instrucción el hombre se acerca a la materia y puede hacerse científico, pero nunca sabio. La persona instruida suele ser un repetidor de ideas ajenas. Todo lo aprendido le viene de fuera, le entra por los sentidos y él lo va asimilando y lo hace propio.

Sin embargo, educar es sacar a la luz, es ayudar a la persona a que descubra sus propios valores y los ponga en funcionamiento, siempre al servicio de los demás. Educar es hacer que el individuo llegue mediante su propio esfuerzo y perseverancia a desarrollar su espíritu y su intuición. Con la educación la persona se acerca más y más a la sabiduría que habito dentro de sí y se necesita del silencia y del recogimiento para llegar hasta ella. El auténtico educador hace que el educado consiga ser una fábrica de ideas propias y no un almacén de ideas ajenas. Para acercarnos a la auténtica educación (formación del alma) la enseñanza deberá venir de dentro a fuera. La persona buscará en su interior toda clase de respuestas y las obtendrá, pues es en el interior de cada ser donde se halla la auténtica sabiduría de todos los tiempos.

De la educación de los padres depende la educación de los hijos, y de la cultura biológica que estos tengan dependerá el que sus hijos vivan en salud o enfermedad, que es como decir en equilibrio o en desequilibrio, en orden o en desorden, ya que el orden engendra la vida y el desorden la destruye.

Aprendamos a educar y a cuidar de nuestros hijos, sobre todo por el ejemplo, pues es por la vista por donde más les entran todas las cosas a los niños. Los padres no deben dar malos ejemplos a los hijos, fumando, bebiendo alcohol o café, ni comiendo cadáveres (carnes y pescados) o discutiendo, gritando, maldiciendo, murmurando, etc. Ni tampoco cazando o pescando o con cualquier otra forma de impiedad. Hay que enseñar a los hijos a que respeten y amen la Naturaleza (las plantas, los animales), pues todos somos navegantes de la misma embarcación y lo que sea de unos será de otros. Todos nos necesitamos mutuamente y todos, aún los animalitos más pequeños, o la plantilla más humilde, tenemos una misión que cumplir y que nadie puede hacer por nosotros. hagamos realidad el mensaje del pregón en defensa de la Naturaleza: RESPETAR TODO LO CREADO.

En el hogar el padre no quitará nunca la autoridad a la madre (aunque éste tenga razón) delante del niño, ni al contrario. Deberán estar siempre de acuerdo en las cosas esenciales para el buen funcionamiento del hogar y de la familia. ellos se reunirán aparte, sin que los hijos estén delante, para aclarar todos los puntos en los cuales no estén de acuerdo. Recuerden, NO DISCUTIR NUNCA ni hacer polémicas delante del niño, esto podría traumatizarlo para toda la vida. Él tratará de acercarse más a uno o al otro si ve divergencias, para, al final, salirse con la suya.

Nuestros hijos serán más felices si ven en su hogar el equilibrio de los tres pilares fundamentales de la vida. Primero está el pilar del RIGOR. en el hogar deber haber disciplina y orden, el niño deberá acatar y respetar las normas establecidas. El segundo pilar es el de la MISERICORDIA. Debemos ser bondadosos y comprensivos con las debilidades de nuestros hijos y ser misericordiosos y condescendientes con ellos, perdonándoles tantas veces como sean precisas y enseñándoles a que ellos también lo sean con los demás. Cumplidos estos dos pilares logramos el tercero que es el pilar del EQUILIBRIO. Nuestros hijos serán cada vez más ecuánimes y virtuosos. En una palabra, serán agentes o individuos positivos, y no agentes o individuos negativos, y su vida será plena y feliz.

Una vez que las enseñanzas anteriores forman parte de nuestra vida y no solamente las cumplimos, sino que las amamos, entonces es cuando podemos conseguir, no sólo para nuestros hijos, sino también para nosotros, esta gran trinidad que preconizamos: SALUD, FELICIDAD y COMPRENSIÓN.”
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