Yacía el cuerpo
junto a una rambla,
viejo perro
de canela su lomo y negra su panza
de él queda
su osamenta, casi raspa,
comida su carne por las alimañas
y la flora,
así se lanza, sobre el hueso,
la mirada
latente en las fosas oculares,
como un rayo que no se apaga.
Autor: José Vte. Navarro Rubio
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